Un hombre había estado con su novia durante unos dos años. Estaban absolutamente enamorados, y él quería sorprenderla con un regalo realmente especial.
Después de pensarlo mucho, se le ocurrió una idea que le pareció de lo más romántica: tatuarse el nombre de su novia.
—Se llama Wendy —respondió el hombre—. Pensaba ponérmelo en el pecho.
El tatuador se puso manos a la obra, y después de un rato, el hombre miró el resultado. Para su sorpresa, solo veía las letras “WY”.
—¡Eh! ¿Qué pasa? Solo se lee "WY". ¿Dónde está el resto del nombre?
Meses después, la pareja se fue de vacaciones a Jamaica. Estando en un baño público de la playa, el hombre fue al servicio. Al lado suyo, un hombre local también estaba haciendo lo suyo, y casualmente, el turista no pudo evitar mirar de reojo... y vio que el jamaicano también tenía tatuadas las letras “WY” en su miembro.
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