Durante la Segunda Guerra Mundial, los británicos implementaron una estrategia de inteligencia notablemente astuta en Trent Park, una elegante casa de campo al norte de Londres. Allí, encarcelaron a pilotos de la Luftwaffe capturados y, posteriormente, a altos oficiales alemanes, incluidos 84 generales, provenientes del norte de África e Italia. Lejos de ser una prisión convencional, Trent Park se asemejaba a un lujoso refugio, donde los prisioneros disfrutaban de comodidades excepcionales. Se les permitía moverse libremente, ocupaban habitaciones individuales, disponían de un comedor exclusivo y podían pasear por los extensos jardines. Se les ofrecía whisky y se les trataba con la máxima cortesía, creando un ambiente de relajación y confianza. Este ambiente distendido propició que los generales alemanes conversaran abiertamente sobre una amplia gama de temas, incluyendo detalles operativos sensibles, estrategias militares y crímenes de guerra. Sin embargo, ignoraban que Trent Park est...