La puerta abierta

El director de la oficina había contratado una nueva secretaria, joven, dulce y muy educada. 

Ella era excelente en su trabajo y siempre mantenía un comportamiento profesional.

Un día, mientras tomaba dictado, se dio cuenta de que el director tenía la bragueta abierta. Al salir de la habitación, de manera discreta y cortés, le comentó:

— "Oh, señor, ¿sabía que la puerta de su cuartel está abierta?"

El director, sin entender del todo a qué se refería, no le prestó mucha atención en ese momento. Sin embargo, al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que efectivamente su bragueta estaba abierta.

Decidió que era momento de divertirse un poco con su nueva secretaria, así que la llamó y le preguntó:

— "A propósito, señorita Jones, cuando vio la puerta de mi cuartel abierta esta mañana, ¿vio también a un soldado en posición de firmes?"

La secretaria, con una sonrisa en el rostro y sin perder el ingenio, respondió rápidamente:

— "No, señor, pero vi que estaba en una posición algo... relajada."

El director, sorprendido por la agudeza de su secretaria, no pudo evitar reírse, admirando su respuesta y su capacidad para manejar la situación con elegancia.