Francisco de Quevedo y Villegas |
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Francisco de Quevedo y Villegas
Un recuerdo lleno de poesía o una poesía llena de recuerdo. Magnifico Quevedo. Y también tu entrada de hoy.
ResponderEliminarVersos intensos los de Quevedo
ResponderEliminarSaludos