Un hombre que pasaba frente a la casa de un amigo notó que la chimenea era recta y que una pila de leña había sido colocada cerca de la estufa.
- Es mejor que construya otra chimenea con un codo – advirtió al dueño de casa – y aparte esa leña; de otra manera puede provocarse un incendio.
Pero el dueño de casa no hizo caso del consejo.
El incendio y el puesto de honor |
Tiempo después la casa se incendió; pero por fortuna los vecinos ayudaron a apagarla. Entonces la familia mató un buey y preparó vino para expresar sus agradecimientos a los vecinos. Aquellos que habían sufrido quemaduras fueron colocados en los puestos de honor; y el resto, de acuerdo a su mérito; pero no se mencionó al hombre que les había aconsejado construir una chimenea nueva.
- Si Ud. hubiera aceptado el consejo de aquel hombre – recordó alguien al dueño de la casa –, se habría ahorrado los gastos del buey y del vino y habría evitado el incendio. Ahora está Ud. agasajando a sus vecinos para agradecerles lo que hicieron, pero, ¿es justo olvidar al hombre que le aconsejó reconstruir la chimenea y apartar la leña, mientras trata a aquellos que sufrieron quemaduras como huéspedes de honor?
El anfitrión se dio cuenta de su error e invitó al hombre que le había aconsejado correctamente.
Historia de la Dinastía Han
A veces, la vanidad no deja ver la critica constructiva...
ResponderEliminarSaludos Carolus
Así es, la vanidad atrae la desgracia.
EliminarSaludos, Manuel
Grandes filósofos de la vida estos chinos de hace un buen montón de siglos. Hay que aprender de la sabiduría oriental.
ResponderEliminarUn saludo.
Además, su filosofía la explican con cuentos. Aunque sean cuentos chinos...
EliminarSaludos, Cayetano
Así les va ahora.... será un movimiento cíclico de esos.
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