En el Siglo XXI cada vez era más difícil cometer ciertos tipos de delitos. Los sistemas de vigilancia no envidiaban nada a los descritos en la novela 1984 de Orwell, donde el Gran Hermano tenía ojos en todas partes.
No fue buen día
para el delincuente Manolo. Ya estaba en seguimiento porque su Big Data gubernamental
le hacía sospechoso de que más pronto que tarde iba a delinquir. Todos los
datos acumulados en la nube, junto a los algoritmos de inteligencia artificial que
detectaban propensión al crimen así lo indicaban. De hecho, todas las
filmaciones de las cámaras de seguridad tanto estáticas y obligatorias de las
calles, como las del helicóptero no tripulado de su barrio ya aportaban pruebas
en ese sentido. Por si fuera poco, al activar el seguimiento geográfico por GPS
de su Smartphone, se pudo observar que sus itinerarios eran más bien
inquietantes. Sus comentarios en las redes sociales, la huella que dejaba en su
navegación por internet y sus movimientos de tarjeta de crédito no hacían más
que reforzar ese retrato robot. Iba a delinquir, estaba meridianamente claro.
Rehabilitar a un delincuente peligroso. Fotograma de "Minority report" |
Por si fueran pocas
pruebas, el análisis de sus preferencias de televisión por cable e internet no
hacían más que empeorar su defensa. Sus vecinos ya desconfiaban de él, sus
comentarios en las redes sociales daban cuenta de ello. No era de fiar, era un
tipo extraño y al final pagó por sus crímenes. Un día, la policía le tendió una
trampa, cosa fácil, pues sabía mas sobre él que él mismo. Cuando fue interrogado,
Manolo descubrió cosas sobre sí mismo que ni él mismo conocía. Su análisis
genético, por ejemplo. Otra prueba más que le incriminaba, tenía tendencias.
Muy malas tendencias.
Todo el mundo lo
pudo ver en directo, fue filmado por innumerables cámaras y transmitido en
todos los canales, tanto de TV como de Internet. En Youtube era un fenómeno
viral y en muchas tertulias, no se hablaba de otra cosa. En los transportes
colectivos, en aceras y en bares, todo el mundo veía este video en su
Smartphone, como debe de ser, para que sirva de ejemplo.
Afortunadamente para Manolo, el juicio y la
condena fueron rápidos, justos y benévolos. Se le implantó un dispositivo, un
marcapasos cerebral, por el que cada vez que sentía compulsión por delinquir, mediante
una suave corriente eléctrica se le hacía olvidar ese estímulo negativo.
Ahora es un
ciudadano ejemplar. Ya no cometerá más crímenes como hizo aquel horrendo día en
que se le ocurrió adquirir en el mercado negro un texto ¡en papel! sobre algo
de un filósofo romano, creo que un tal Séneca, como el famoso futbolista de la
liga del año 2.018. Además, Manolo es feliz: ni si quiera lee, ve la tele, le
encanta el fútbol que antes odiaba, asiste como publico a concursos de insultos
en telebasura y no se pierde ningún acto de masas. Su base de datos ya es el de
una persona normal y el helicóptero no tripulado del barrio ya no le vigila.
Está socialmente adaptado y sus vecinos ya le ven normal. A veces demasiado
normal.
Se acabó la
delincuencia, ahora el mundo es más feliz. Una nueva vida nos espera.
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¡Qué bueno! Un buen método para que todos pasen por el aro. Una ciudadanía obediente como dios manda.
ResponderEliminarNo des ideas...
Un saludo.
Prácticamente todo lo que cuento ya existe, solo falta la voluntad de ponerlo en práctica al 100%, porque algo de eso ya se hace.
EliminarSaludos, Cayetano
Se hace de una forma algo más sutil.... tradicionalmente por los medios de comunicación de masas (tv, radio, prensa), y ahora cada vez más con las idolatradas "redes sociales"....
ResponderEliminarCada vez que lo pienso me entran ganas de irme con mi tío abuelo a la montaña.... vive desconectado del mundo totalmente, ni internet, ni TV, ni nada de nada. De vez en cuando se baja al bar a Benasque o a Castejón de Sos y le sobra para estar informado de todo lo importante.
nota: electricidad tiene, y microondas y todas las herramientas que le ahorren trabajo, para lo demás no le interesa la tecnología.
A mi a veces también me dan ganas, ¿pero seríamos capaces?
EliminarSaludos, csc212
Supongo que pasando por un fuerte sindrome de abstinencia al final seríamos capaces...
ResponderEliminarYo no me atrevo a pasar el "mono"
Es duro lo de pasar semejante "mono"... no lo veo al alcance de cualquiera que esté siempre conectado.
EliminarEs interesante darse cuenta de que nadie entendió la verdadera esencia de la historia: ¡Los delincuentes, para el sistema, son (somos) aquellas personas con una visión más allá de lo evidente! Una realidad muy amarga.
ResponderEliminarSí Anónimo. Además, faltó saber cuáles fueron sus delitos. Cuando caminamos recreativamente por un barrio nuevo... muchas veces nos miran furtivamente y a punto de soltarnos los perros por sus infundadas dudas.
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