Los egipcios vivían la sexualidad con mucha naturalidad y pragmatismo. El sexo era entendido como origen de todo, y por lo tanto era central en su fe.
Las altas temperaturas en su árido territorio hacían que vistieran con ropas muy ligeras y hasta muchas veces en el campo anduvieran desnudos.
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Las parejas se conformaban muy jóvenes (ellas, alrededor de los 14 años; ellos, a los 16) sobre todo con fines reproductivos. De hecho, la infertilidad era motivo suficiente para la separación.La circuncisión, una práctica adoptada luego por los judíos a los pocos días del nacimiento de los varones, era un ritual común en el inicio de la adolescencia en Egipto.
A la inversa de los romanos, que consideraban el sexo oral como una práctica impura, los egipcios lo tenían como de sus costumbres sexuales favoritas. De hecho, existían las felatrices, prostitutas especializadas en esa práctica que se distinguían por una pintura labial roja muy intensa.
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Dos prácticas hoy reprobadas pero muy habitual entre los egipcios eran la necrofilia y la zoofilia.
De ambas también ha quedado constancia en dibujos de aquella época. El sexo con los muertos estaba asociado a la idea de liberación del alma y una posible resurrección.
Mientras que uno de los objetos más extraños hallados por los arqueólogos es un primitivo consolador fabricado con restos de un pene de cachalote.
Los egipcios contaban con varias deidades relacionadas con el sexo: Hathor, Bastis, Atum, Min, o Sacmis.
El sexo era entendido como origen de todo, y por lo tanto era central en su fe. Las primeras experiencias sexuales para los egipcios, llegaban a edades muy tempranas, sobre los 14 para las chicas y los 16 para los chicos.
No hay que olvidar que la esperanza de vida estaba en aquel entonces, alrededor de los 30 a 40 años.
Los matrimonios, con un claro valor económico, eran privados y presentaban a la pareja con los mismos derechos y con plena disposición de los bienes comunes.
Firmaban un contrato legal en el que se concretaba absolutamente todo, desde las posesiones materiales, pasando por la crianza de los hijos y su custodia, hasta llegar al derecho de tener una esposa secundaria, si el hombre no podía asegurar su descendencia con la primera esposa.
Los egipcios vivían con gran naturalidad la desnudez.
Su escritura jeroglífica también da buena cuenta de la apertura de los egipcios con respecto al terreno sexual.
Por ejemplo, el verbo ‘sdr’, que significa pasar la noche, se representaba con un ideograma de una pareja acostada y copulando, por no hablar de la gran cantidad de símbolos fálicos presentes en su escritura.
Las clases altas eran más tendentes a representar su sexualidad de forma más simbólica, como mediante ardientes poesías o las famosas Tumbas Tebanas, mientras que las clases bajas, digamos, eran algo más ordinarias o directas, como así lo atestiguan los cuentos del «Papiro d’ Orbinc o del «Papiro Westcar» y el Papiro Satírico-Erótico de Turín, que contiene una suerte de posturas, casi acrobáticas.
La prostitución estaba aceptada en antiguo Egipto y asociada a la música y la danza.
La homosexualidad, se aceptaba, pero estaba peor vista.
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