En 1934, en la remota región de Mayo-Kebbi en Chad, específicamente Fianga, este lugar pacífico fue sacudido por un acontecimiento extraordinario.
Ghost Freeman, un explorador y antropólogo inglés conocido por sus audaces viajes, se aventuró a esta región inexplorada, atraída por los misterios y leyendas locales.
Freeman escuchó hablar de historias extrañas entre la gente de Fianga. Se dijo que lejos del pueblo, en un bosque abierto, vivía un hombre con aldeanos, y este hombre tenía cuernos en la cabeza. Curioso y escéptico, Freeman decide hacer su propia investigación.
Al llegar a Fianga, comenzó a ganarse la confianza de los aldeanos. Sus habilidades lingüísticas y respeto por las costumbres locales le permitieron conectarse con los jefes de la aldea.
Después de varios días de discusiones y reflexiones, finalmente recibió información sobre el hombre del cuerno. Sus padres lo llamaron "Njabia Bâté", que significa "misterioso" en el idioma local.
Acompañado por algunos guías locales, Freeman sale en busca de Njabia Bâté.
Caminaron durante horas a través del bosque abierto, en senderos estrechamente visibles.
De repente notan casas de barro aisladas
Frente a la cabaña había un hombre alto, imponente con cuernos reales sobresaliendo de su cráneo.
Freeman estaba sorprendido y sorprendido. Se acercó cuidadosamente al hombre y saludó, presentándose y explicando el motivo de su visita. Primero cauteloso, NJABIA GOLPEA, luego acepta discutir con el investigador. Contó su historia en una voz sobria y tranquila.
Njabia Bâté siempre ha vivido aislado, prohibido de su propia familia y aldeanos debido a su apariencia única.
Comenzó a crecer cuernos cuando era niño, un fenómeno inexplicable que le trajo miedo y respeto. A pesar de su aislamiento, Njabia Bâté ha adquirido gran sabiduría y un profundo conocimiento de la naturaleza y los métodos tradicionales de curación. Freeman pasó varios días con Njabia Bâté estudiando sus prácticas y tratando de entender el origen de sus cuernos. Tomó notas detalladas, fotografió al hombre y recogió muestras para su análisis.
Su encuentro se convirtió en una leyenda entre los aldeanos, reforzando el misterioso aura de Njabia Bâté GOLPEADO. En Inglaterra, Freeman publicó un artículo sobre el descubrimiento de Fianga, que atrajo la atención de la comunidad científica.
Los cuernos de Njabia Bâté siguieron siendo un misterio, pero la historia de este extraordinario hombre ha fascinado y cautivado a mentes curiosas de todo el mundo. Y en Fianga,
Njabia Bâté se convirtió en una figura icónica, un símbolo de resistencia y singularidad del espíritu humano.
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No creo
ResponderEliminarNo parece real, además es poco escuchado este mito, los cientificos ya hubiesen determinado la causa, si fuese real...
ResponderEliminarLo mas probable es que se haya adornado la cabeza con cuernos de algún animal de una forma tan singular que a primera vista pareciera real
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