Demasiado loco para ser verdad... pero sucedió

Hace unos años (2015), un avión de combate ruso Sukhoi SU-24M fue derribado por un avión F-16 turco cerca de la frontera entre Siria y Turquía. 

Turquía justificó el incidente diciendo que el avión había violado su espacio aéreo y se le había advertido 10 veces que regresara antes de ser derribado, a pesar de que Rusia negó vehementemente haber cruzado el espacio aéreo turco, alegando que el avión había permanecido dentro de las fronteras aéreas sirias.

Por supuesto, las acciones de Turquía no cayeron bien al pueblo ruso y alrededor de 900 de ellos atacaron la embajada turca en Moscú. Lanzaron huevos, tomates y pintura al edificio y rompieron algunas ventanas. La protesta duró 15 minutos y no hubo detenidos.

Ahora bien, esto terminó irritando a los nacionalistas turcos que querían hacer lo mismo con el consulado ruso en Estambul.

Sin embargo, en lugar de asaltar el consulado que tenía esta bandera (rusa):

Acabaron asaltando el que tenía esta bandera (Países Bajos).

Sí, un grupo de nacionalistas turcos en Estambul confundió el consulado holandés con el ruso y arrojó huevos y otras cosas como botellas al edificio.

Ver Nunca discutas con un tonto

El entonces cónsul general holandés en Estambul, Turquía, Robert Schuddeboom, también publicó lo mismo en su cuenta de Twitter:

Pero espera, aquí se vuelve aún más divertido.

Dos años después, en el año 2017, se suponía que se celebraría un referéndum turco que transformaría a Turquía en una república presidencial que le daría a Erdogan más poderes de los que tenía en ese momento (Alerta de spoiler: fue un éxito. No es de extrañar que Erdogan se comporte como un dictador ególatra).

Las campañas para convencer a la gente de que votara sí no solo estaban dirigidas a los turcos que vivían en Turquía, sino también a la diáspora turca en el resto de Europa. Una de esas manifestaciones estaba prevista en los Países Bajos, a la que iba a asistir el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Çavuşoğlu. Sin embargo, las autoridades holandesas dijeron que tal visita no estaría permitida.

Como resultado, los Países Bajos no permitieron que el avión de Çavuşoğlu aterrizara en su país cuando intentó ir allí para hablar en un mitin y también expulsaron de su territorio a la ministra turca de Familia y Políticas Sociales, Fatma Betül Sayan Kaya, que estaba de gira por los Países Bajos en ese momento y había decidido asistir a la manifestación.

Erdogan, como resultado, lanzó un gran ataque (a pesar de que las campañas en el extranjero son ilegales según la ley turca) y llamó a los holandeses "fascistas" y los "restos del nazismo".

Y al igual que hace dos años, los nacionalistas turcos también habían decidido organizar una protesta en su país. Lo hicieron quemando banderas:

Sin embargo, no era la bandera holandesa la que estaban quemando. En cambio, era la bandera de este país:

Francia.

Confundieron la bandera francesa con la holandesa no solo por los mismos colores, sino también porque pensaron erróneamente que el entonces presidente francés François Hollande era el presidente de los Países Bajos, ya que Holanda, aunque es el nombre de una región de los Países Bajos, también es un nombre informal para el país. Pensaron que, como tiene como apellido "Hollande", que suena similar a Holland, debía ser el presidente holandés.

Y por si esto no fuera suficiente, algunos partidarios de Erdogan querían llamar al departamento de policía de Róterdam, Países Bajos, y obligarlos a escuchar canciones religiosas y nacionalistas turcas. Sin embargo, por error terminaron llamando al departamento de policía de Rotterdam, Nueva York, Estados Unidos.

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