Travers Beynon es un polémico magnate australiano conocido no solo por su fortuna, sino también por el estilo de vida excéntrico y controversial que lleva.
Ha estado bajo el escrutinio de los medios internacionales por su trato hacia las mujeres, a quienes exhibe y utiliza en situaciones que muchos consideran degradantes, tratándolas como si fueran objetos o incluso mascotas. Esta conducta se ha documentado ampliamente en las redes sociales, particularmente en su cuenta de Instagram, donde ha acumulado una gran cantidad de seguidores, superando los 90 mil.
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En su perfil, Beynon comparte imágenes y videos que muestran a mujeres en roles sumamente objetificados. En algunas publicaciones, se las ve actuando como muebles humanos, sirviendo de mesas auxiliares para comidas o juegos de mesa, mientras que en otras se las muestra cubiertas de espuma o paseando atadas con correas, un gesto que simboliza su total control sobre ellas. Beynon no oculta su deseo de emular el estilo de vida de Hugh Hefner, el icónico fundador de Playboy, y aspira a superar su legado en cuanto a la creación de una imagen pública rodeada de mujeres bellas y sumisas.
Lo que sorprende aún más de su estilo de vida es la dinámica de su matrimonio. Beynon está casado con Taesha Appleby, quien no solo acepta este comportamiento, sino que participa activamente en muchas de las actividades que él organiza. Taesha aparece con frecuencia en las publicaciones de su esposo, involucrándose en las fiestas y sesiones fotográficas, lo que ha generado aún más controversia. Mientras que algunos ven esta relación como una forma de consentimiento mutuo dentro de su particular dinámica, otros la critican por perpetuar una visión cosificadora y denigrante de las mujeres.
Beynon ha defendido su estilo de vida ante las críticas, argumentando que todo lo que ocurre en su entorno es consensuado y forma parte de su visión de entretenimiento. Sin embargo, su comportamiento ha generado un debate profundo sobre los límites de la libertad personal y la explotación de la imagen femenina, ya que muchas de las escenas que comparte se perciben como ejemplos de machismo extremo y cosificación. A pesar de la controversia, su popularidad en las redes sigue en aumento, con una base de seguidores fascinados por el estilo de vida hedonista que Beynon promueve.
Este millonario no solo ha construido su imperio sobre una imagen de poder y opulencia, sino que también ha cultivado una marca personal que mezcla el lujo extremo con una representación cuestionable del rol de la mujer en su vida. Para muchos, Travers Beynon simboliza una versión moderna del exceso y la explotación mediática, mientras que para otros es simplemente un excéntrico que disfruta provocando y desafiando las normas sociales establecidas. Lo cierto es que su nombre seguirá generando debates en la medida en que continúe exhibiendo su particular visión de la vida.
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