Catalina la Grande, emperatriz de Rusia, fue objeto de muchas leyendas sobre su vida, incluidas algunas infundadas sobre su libertad sexual.
Cuando murió de un derrame cerebral a la edad de 67 años, surgió un rumor falso que afirmaba que murió mientras copulaba con un caballo, un mito completamente desacreditado.
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A pesar de estos rumores, Catalina es recordada por modernizar Rusia, expandir su imperio, proteger el cristianismo ortodoxo, promover la vacunación pública, fomentar la educación de las mujeres, y por su papel en la Ilustración rusa. Aunque su vida personal fue controvertida, estos aspectos fueron a menudo exagerados y distorsionados.
Catalina, la líder femenina que más tiempo gobernó Rusia, tuvo varios amantes a lo largo de su vida, muchos de ellos más jóvenes que ella. Sin embargo, su vida amorosa fue objeto de especulación y mitos. Además, se ha mencionado que coleccionaba muebles con connotaciones sexuales y que tenía un "gabinete erótico", aunque no hay pruebas concluyentes de la existencia de tal colección.
Se dice que este gabinete estaba ubicado en su palacio favorito en San Petersburgo, hoy conocido como el Palacio Pushkin, y que contenía muebles y arte con temas sexuales. Según algunos relatos, los soldados alemanes que llegaron al palacio en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial habrían encontrado y fotografiado esta habitación. Sin embargo, muchos expertos creen que estos objetos pudieron haber sido retirados del palacio antes de la destrucción que sufrió durante la guerra, y que la existencia de dicho gabinete es más una leyenda que una realidad comprobada.
Las autoridades rusas han sido discretas respecto a estos rumores. Catalina fue una mujer segura de sí misma que rompió con las normas tradicionales de su época. Los rumores sobre su vida sexual, a menudo exagerados, fueron utilizados para desacreditar su reinado, mientras que sus logros en política, cultura y administración fueron igualmente notables.
Aunque algunos creen que existieron fotografías y catálogos de los muebles eróticos que supuestamente pertenecieron a la familia Romanov, hasta la fecha no se ha encontrado evidencia concreta de la existencia del "gabinete erótico" de Catalina. La búsqueda de estos objetos sigue siendo un tema de interés para algunos investigadores y entusiastas de la historia.
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muy buena y creible
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