Este es el principio de la navaja de Ockham: "Hay que elegir siempre la hipótesis más simple y suficiente".
Cuando realmente no puedes encontrar ninguna explicación posible para un truco de magia, no debes descartar la posibilidad de que no sea un truco de magia, sino una representación real de la cosa en cuestión.
El gran especialista en este enfoque es quizás el mago estadounidense David Blaine.
Tiene varios trucos que parecen estar basados en un truco, pero en realidad son ejecuciones reales de actos peligrosos. El público queda cautivado al descartar de plano la posibilidad de que el mago realmente haga lo que dice hacer, porque eso sería demasiado peligroso.
¡Pero ahí es donde está el truco de magia!
Un ejemplo, cuando David Blaine se perfora el brazo con una púa.
Todo el mundo buscaba lo falso, construyendo todas las hipótesis posibles. Pero no hubo ninguno.
¡David Blaine realmente se estaba perforando el brazo con una aguja!
Es un truco muy peligroso que tomó años de entrenamiento.
A veces más faquir que mago, David Blaine engaña al público haciéndoles creer que hay un truco donde no lo hay.
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