Hoy, mirando atrás, me doy cuenta de algo que quizá no valoramos lo suficiente: fuimos una generación que vivió la diversidad sin necesidad de etiquetas, leyes o censuras.
Simplemente éramos.
🎶 La música como unificadora
Cuando Boy George apareció con su estilo irreverente, no nos preguntamos si era "correcto". Simplemente bailamos al ritmo de su música. Cuando Jimmy Somerville cantó su historia, conectamos con él sin más.
🎸 Amamos a Led Zeppelin, Deep Purple, Eagles y Neil Young sin cuestionar las letras o los contextos que, hoy, serían considerados políticamente incorrectos. Fuimos felices disfrutando de su música, sin filtros, sin miedo a la censura.
¿Qué pasó mientras tanto?
Parece que en algún momento, lo que solía ser una convivencia natural se convirtió en un campo de batalla lleno de etiquetas y reglas. Las imposiciones comenzaron a reemplazar la espontaneidad.
Hoy, tantas voces se levantan para señalar, juzgar o censurar, que a menudo logran lo contrario de lo que predican. En lugar de aceptación, hay división. En lugar de empatía, surgen conflictos.
📌 Antes, no necesitábamos comisiones, guardianes ni leyes para ser solidarios. La solidaridad simplemente ocurría. Nadie nos obligaba a aceptar, porque el arte y la humanidad eran el puente que nos conectaba.
La paradoja de la censura
Las imposiciones, por bien intencionadas que sean, a menudo terminan generando el efecto opuesto. Nos alejan en lugar de unirnos. Lo que solía ser un disfrute compartido ahora se enfrenta a la vigilancia de lo "correcto".
🌟 ¿Y si volvemos a lo simple?
🎤 Como decía Freddy Mercury: "Lo importante es vivir una vida auténtica y, sobre todo, disfrutar del viaje".
💬 ¿Qué opinas de esta reflexión? ¿Estamos avanzando o retrocediendo? Comparte tu perspectiva.
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