Descubre por qué la comodidad debilita y la adversidad fortalece. Una fábula inspiradora para entender el verdadero poder de la resiliencia.
En un pequeño pueblo, un maestro jubilado y un rico comerciante eran vecinos. Ambos cultivaban hermosos jardines, pero lo hacían de forma muy distinta.
El comerciante, con sus grandes recursos, regaba sus plantas en exceso, las cuidaba con esmero y las protegía constantemente. Sus plantas lucían exuberantes, con hojas grandes, verdes y brillantes. Por otro lado, el maestro regaba las suyas con moderación y paciencia, dándoles solo la cantidad justa de agua. Sus plantas se veían más simples, pero a la vez, robustas.
Una noche, una violenta tormenta azotó el pueblo. Al día siguiente, el comerciante salió a su jardín y se horrorizó al ver todas sus plantas arrancadas y destruidas. Con asombro, miró el jardín de su vecino. Las plantas del maestro estaban firmes, como si nada hubiera pasado.
Confundido, el comerciante le preguntó al maestro: "¡No lo entiendo! Mis plantas estaban mucho más cuidadas y eran más hermosas que las tuyas, ¿cómo es posible que las mías no resistieran la tormenta?".
El maestro sonrió y respondió con sabiduría: "Al darles todo sin esfuerzo, hiciste que tus plantas fueran frágiles. Nunca tuvieron que buscar sus propios recursos. Al limitar el agua, obligué a las mías a extender sus raíces profundamente para sobrevivir. Fue esa fuerza invisible la que las salvó".
Moraleja: La comodidad en exceso debilita. Las dificultades, por el contrario, forjan la verdadera fuerza. Ver Lo que nunca te enseñaron
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