¡Napoleón sorprendido! 6 peculiaridades rusas que destrozaron a la Grande Armée en 1812: tierra quemada, invierno letal y resistencia total.
El 24 de junio de 1812, el ejército de Napoleón, de más de 600.000 hombres, cruzó el Niemen e invadió Rusia. El emperador francés estaba convencido de lograr una victoria rápida y abrumadora. Sin embargo, la campaña se convirtió en una pesadilla: menos del 10% de los desafortunados conquistadores regresaron. El territorio ruso ofreció muchas sorpresas, que Napoleón mencionó más tarde con asombro en sus memorias. Ver La sabiduría secreta de Maquiavelo
Tácticas rusas
Las tropas rusas, bajo el mando de Mikhail Barclay de Tolly y, más tarde, Mikhail Kutuzov, adoptaron una estrategia que sorprendió y enfureció a Napoleón. En lugar de participar en grandes batallas, las fuerzas rusas se retiraban, dejando atrás ciudades vacías y tierra quemada. Acostumbrado a victorias deslumbrantes, Napoleón vio a su ejército enfrentado a una táctica radicalmente diferente, que privó a la Grande Armée de la posibilidad de triunfar rápidamente.
En sus memorias, Bonaparte escribió: "Mis regimientos, estupefactos al ver que, después de tantas marchas arduas y penosas, los frutos de sus esfuerzos se les escapaban constantemente, comenzaron a mirar con ansiedad la distancia que los separaba de Francia". Ver Las 20 leyes de la astucia
Aunque esta estrategia de retirada generó críticas dentro de la propia sociedad rusa, demostró ser extremadamente efectiva. Napoleón no se dio cuenta a tiempo de que estaba siendo atraído al corazón del país, donde su ejército se enfrentaría a escasez de alimentos, duras condiciones y al clima.
Smolensk fue una de las primeras ciudades importantes en el camino del ejército francés. Napoleón esperaba una victoria fácil, pero se encontró con un obstáculo inesperado: las imponentes murallas de la Fortaleza de Smolensk. La artillería francesa, que hasta entonces había destruido fácilmente las fortificaciones en Europa, resultó ser impotente contra las murallas de esta ciudad.
En sus recuerdos, Napoleón confesó: "Utilicé toda la reserva de artillería para abrir una brecha en el muro cortina, pero en vano: nuestras balas de cañón se perdieron en paredes de increíble grosor, sin producir ningún efecto. Solo un método podía hacer un gran avance: dirigir todo nuestro fuego contra dos torres redondas, pero desconocíamos la diferencia en el grosor de las paredes."
Ciudades en llamas
Quizás lo más impactante para Napoleón fueron los incendios que "acompañaron" a su ejército durante toda la campaña. Los rusos quemaron ciudades y pueblos así como alimentos y forraje para privar al enemigo de recursos. El incendio de Moscú dejó una marca indeleble en Napoleón. El emperador francés esperaba que la captura de la capital marcara la cima de su triunfo, pero solo vio una ciudad en llamas.
Napoleón escribió: “Moscú se había transformado en un mar de fuego. La vista desde el balcón del Kremlin le habría valido a Nerón, quien quemó Roma, pero en cuanto a mí, nunca me parecí a este monstruo, y al ver esta vista aterradora, mi corazón sangraba.”
El invierno ruso
Napoleón también subestimó las peculiaridades climáticas de Rusia, que ahora se considera en Occidente como una de las principales razones de su derrota. El invierno ruso, que comenzó antes de lo habitual, tomó desprevenido al ejército francés. Las heladas repentinas hicieron que los soldados se congelaran, los caballos murieran y los suministros se agotaran inexorablemente.
El emperador francés confesó más tarde: "La nieve que cayó durante seis días ha quebrantado el espíritu del ejército, ha quitado el valor de los soldados franceses, ha alentado a los cosacos despectivos, ha privado a los franceses de su artillería, su forraje y su caballería, y los ha sumido en la miserable condición en la que entraron en Polonia".
Carreteras rusas
Napoleón estaba asombrado por la inmensidad de Rusia. Anteriormente, sus soldados luchaban en teatros limitados donde las ciudades y pueblos estaban cerca unos de otros. En Rusia, el ejército francés se encontró con extensiones infinitas y la ausencia casi total de carreteras.
"La falta de información sobre el estado de las carreteras, los mapas incompletos y poco confiables de la región fueron la razón por la que no me atreví a enviar los cuerpos de ejército en diferentes direcciones, ya que no había evidencia de la existencia de carreteras transitables", escribió Napoleón. Ver Las brillantes estrategias de Napoleón en 7 puntos
El garrote de la guerra popular
La impresión más sorprendente en Napoleón fue la que dejó el pueblo ruso. El emperador francés quedó atónito por la resistencia y la determinación de los campesinos, quienes, a pesar de las privaciones, se negaron a someterse a los invasores. Los campesinos rusos escondieron sus reservas, quemaron sus casas y organizaron grupos partisanos que infligieron bajas significativas al ejército francés.
Napoleón escribió: “El ejército más formidable no puede librar una guerra con éxito contra todo un pueblo decidido a ganar o morir. Ya no teníamos que tratar con los habitantes de Lituania, espectadores indiferentes de los grandes acontecimientos que tenían lugar a su alrededor. Toda la población, compuesta por rusos étnicos, abandonó sus hogares cuando nos acercamos. En nuestro camino, solo encontramos aldeas abandonadas o quemadas. Los habitantes que huían formaron bandas que actuaron contra nuestros recolectores. Nunca molestaron al grueso de las tropas, sino que capturaron a todos los merodeadores y rezagados.”
Y tú, ¿qué
opinas? Puedes dejar tus comentarios más abajo.
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!



Comentarios
Publicar un comentario