«¿Existe eso que se llama un minuto de Sabiduría?». «Por supuesto que existe», replicó el Maestro. «Pero un minuto ¿no es demasiado breve?». «No. Es cincuenta y nueve segundos demasiado largo». «El abrir los ojos puede llevar toda una vida. El ver es cuestión de un instante». Un minuto de sabiduría Sólo lleva un minuto, aproximadamente, leer cada una de la anécdotas que aparecen en este libro. Probablemente, el lenguaje del Maestro pueda resultar misterioso, exasperante y hasta absurdo. Pero es que éste no es un libro fácil. No ha sido escrito para instruir sino para despertar. Escondida en sus páginas (no en las palabras impresas, ni siquiera en los propios cuentos, sino en el espíritu, en su talante, en su atmósfera) hay un sabiduría que no puede expresarse en lenguaje humano. Mientras se lee la página impresa y se esfuerza uno por penetrar en el críptico lenguaje del Maestro, tal vez, sin darse uno cuenta, tropiece con la Enseñanza Silenciosa que se esconde en este libro y resulte