El BIS ha tenido de hecho una historia fascinante y a veces sombría en la primera línea de los grandes eventos, entre ellos la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial y la creación de la Unión Monetaria Europea. Pero, en realidad, ha sido más un testigo de la historia que un fabricante de la misma El libro de Adam LeBor sobre el Banco de Pagos Internacionales, en adelante BSI recuerda un poco la versión financiera de "Rosencrantz y Guildenstern han muerto," la obra de Tom Stoppard que coloca a dos personajes secundarios en "Hamlet" en la vanguardia de la acción, mientras que los grandes acontecimientos del desarrollo del drama se desarrollna incomprensiblemente en el fondo. En el relato de LeBor, el BIS, un "banco de los bancos centrales", un oscuro establecimiento en Basilea (Suiza) en el año 1930 y tras la I Guerra Mundial, facilitó los pagos de indemnizaciones de Alemania. En secreto, ha sido un actor en la economía mundial durante más de 80 año