Una mujer que salía de su casa vio a tres ancianos de barbas blancas sentados en el jardín de su casa. “No sé quienes son ustedes, pero deben tener hambre. Por favor, pasen que les daré algo de comer” Los tres ancianos “¿Está el hombre de la casa?”, preguntó uno de ellos. “No, no está” “Entonces no podremos entrar” dijeron los ancianos. Al atardecer, cuando su marido llegó a la casa, la señora le contó lo sucedido. “Ve y dile que yo estoy en casa y que los invito a pasar a los tres” La mujer salió y los invitó amablemente a que pasaran. “Nosotros no podemos ser invitados a una casa juntos” dijo con determinación uno de los ancianos. “¿Por qué?” preguntó la mujer muy intrigada. El anciano con la barba más blanca respondió: “Su nombre es Riqueza” dijo señalando a uno de ellos y señalando al otro agregó: “Su nombre es Éxito, y el mío es Amor… ahora, ve con tu marido y decidan a cuál de nosotros prefieren invitar” “¡Q