En estas fotografías, se puede ver a dos personas sentadas en una motocicleta. Para algunos, pueden parecer imágenes normales a primera vista. Pero en realidad, las dos personas sentadas en la parte de atrás ya no están vivas: son cadáveres. En algunas áreas remotas de la República Democrática del Congo, la pobreza extrema da lugar a prácticas impactantes y desgarradoras. Una de ellas es el transporte de cadáveres desde las aldeas hasta las morgues, que suelen estar ubicadas lejos de los pueblos. Ante la imposibilidad de costear un coche fúnebre, las familias recurren a envolver los cuerpos en telas y atarlos a motocicletas, que realizan trayectos que pueden durar hasta 10 horas. Este método refleja la dura realidad de las comunidades rurales donde los recursos son escasos y las necesidades básicas, como el acceso a servicios funerarios dignos, no están cubiertas. La imagen de cadáveres transportados en motocicletas no solo es un testimonio de la precariedad económica, sino tambié...