Decenas de estímulos impulsan al consumidor a llevarse más productos de los que necesita. Las tradicionales compras en los mercados están cada vez más próximas a sucumbir ante los centros comerciales. Con la modernidad, vinieron estos grandes y suntuosos edificios en los que hay de todo. Desde tiendas de ropa, de animales, cafeterías, cines y, por supuesto, un supermercado. Y es en este último donde se juega con la venta por impulso, estimulada por una serie de trucos que consiguen que el consumidor compre más de lo que necesita. Manipulación mental en el Supermercado Esos trucos se ponen en funcionamiento con un pariente del marketing, el merchandising. Este término anglosajón engloba una serie de técnicas que tratan de disponer cada elemento del supermercado de un modo concreto y de ubicar los productos de tal manera que a usted, sin darse cuenta, le llamarán su atención. La disposición de las estanterías, el uso de las ofertas, los personajes famosos que promocio