La sala de espera está abarrotada de gente. Muchas de estas personas están con la mirada fija en su ordenador portátil, tablet o Smartphone. De pronto, y sin previo aviso una persona cae fulminada, después otra y así hasta que el caos fue indescriptible. Todos mueren de paro cardíaco y todos llevan marcapasos. Una de las personas que estaban usando su ordenador lo guarda, y tranquilamente desaparece de la escena. Es el asesino. Aquel día el aeropuerto estaba muy concurrido. Uno de los aviones estaba conectado al terminal de pasajeros que en ese momento estaban embarcando. De repente, otro avión que acababa de repostar empieza a rodar rápidamente por la pista, embiste al anterior y ambos explotan en una gran bola de fuego que alcanza al propio aeropuerto. Las víctimas se cuentan por millares. Una de las personas que estaban con su ordenador más alejados del dantesco escenario tranquilamente desaparece de la escena. Es el asesino. El hacker del infierno El conductor de un ca