La adicción es un tema complejo y controvertido que involucra tanto aspectos biológicos como psicológicos, por lo que no se puede reducir a una simple cuestión de falta de autocontrol. Si bien el autocontrol juega un papel, los estudios científicos y las organizaciones de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), consideran la adicción una enfermedad crónica del cerebro que afecta su estructura y funcionamiento. Desde una perspectiva médica, la adicción implica cambios neurológicos que alteran los circuitos de recompensa, motivación y memoria del cerebro. Estos cambios hacen que el cerebro priorice el consumo de sustancias o la realización de ciertas conductas adictivas, a pesar de las consecuencias negativas. Estas alteraciones pueden dificultar que una persona deje de consumir o cambie su comportamiento, incluso cuando reconoce el daño que está causando. Esto explica por qué muchos individuos experimentan recaídas incluso