En 1940, cuando Dinamarca fue ocupada por los nazis, el rey Cristián X se rindió al día siguiente de la invasión sin resistencia.
Optó por dar carta blanca a los alemanes para evitar una masacre inútil. Alemania se comprometió a mantener la independencia de Dinamarca, que se convirtió así en un estado neutral bajo el control del Reich.
Hitler imaginó a Christian X como una marioneta en sus manos. Pero se equivocó. El monarca fue el único en Europa que se opuso a las leyes raciales, impidiendo la creación de guetos en sus ciudades: todos los judíos fueron declarados ciudadanos daneses.
Tan pronto como surgió la idea de usar una estrella de David para distinguir a los judíos, el viejo monarca dijo: "Si se usa esta estrella, entonces todos la pondremos en su lugar".
Optó por permanecer firme en el trono de Copenhague, continuando rodando por las calles de la ciudad europea, ignorando a los invasores.
Cuando Hitler ordenó la deportación de los judíos daneses en 1943, ya era demasiado tarde para él. El rey había introducido de contrabando judíos en la neutral Suecia.
De esta manera, 8.000 judíos daneses fueron rescatados de los campos de concentración
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Comentarios
Publicar un comentario