Increíble misterio vivo: Ismail Azzizi, el hombre de Tanzania que ha vuelto de la muerte ¡6 veces! Un relato impactante.
En lo profundo de Tanzania vive un hombre cuya existencia desafía todo lo imaginable y se convierte en un misterio vivo: Ismail Azzizi, conocido en su pueblo como “el hombre que no puede morir”.
A sus 41 años, Ismail ha sido declarado
muerto seis veces. Seis veces su corazón dejó de latir, seis veces la muerte lo
encontró y seis veces volvió de ella. La primera vez, un accidente laboral lo
destrozó y fue dado por muerto, encerrado en la morgue, hasta que despertó y
caminó como si regresara de otro mundo.
La segunda vez, la malaria lo consumió al
punto de ser puesto en un ataúd preparado para su entierro, pero entre el
llanto de su familia abrió los ojos y volvió a la vida. La tercera vez, un
accidente automovilístico lo dejó en coma profundo y los médicos se rindieron,
sin embargo, Ismail regresó. La cuarta ocasión, una mordedura de serpiente
venenosa lo mantuvo tres días en la morgue, y cuando su familia fue a
reclamarlo, se levantó.
En la quinta vez, cayó en una letrina
profunda y murió por asfixia, otra vez certificado como muerto y otra vez
volvió. La sexta vez, sus propios vecinos, aterrados, incendiaron su casa con
él dentro, seguros de que esta vez no sobreviviría, pero salió caminando entre
las llamas, con vida intacta.
Hoy, Ismail vive solo, no por elección sino
porque su comunidad le teme más que a la misma muerte. Cultiva su tierra en
silencio, camina sin compañía y nadie se atreve a acercarse o abrazarlo. Cuando
le preguntan cómo soporta tanto rechazo, responde con la serenidad de quien ha
enfrentado lo imposible: “Vive en paz, incluso con las dificultades. Pon a Dios
primero. No hagas daño a nadie. La vida y la muerte no dependen del hombre,
sino de Dios.”
Ismail Azzizi es la prueba viviente de que
mientras Dios no cierre una puerta, ninguna fuerza humana puede hacerlo. Y
también nos recuerda algo profundo: no importa cuántas veces la vida te dé por
muerto, si estás destinado a seguir, siempre volverás a levantarte.
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