El pájaro que vuela olvida sus huellas
La cigarra que muda se despoja de su piel
La serpiente que se yergue deja sus escamas
El dragón divino pierde sus cuernos
El hombre supremo sabe cambiarse
El hombre libre escapa a lo vulgar
Cabalga las nubes sin riendas
Corre con el viento sin pies
El rocío suspendido es su cortina
El ancho firmamento su techo
El vapor brumoso lo nutre
Los nueve soles lo iluminan
Las eternas estrellas son sus perlas brillantes
La aurora matinal su jade luciente
Hacia las seis direcciones
Deja ir su corazón adonde él quiere
Las cosas humanas pueden pasar
Por qué apresurarse y oprimirse.
La Gran Vía es simple
Pero los que ven sus gérmenes son raros
Dejarse ir sin reprobar nada
Seguir las cosas sin aprobar nada
Desde siempre el pensamiento gira y gira
Tortuoso, sinuoso, tedioso
De qué sirven todos los pensamientos
La suprema importancia está en mí
Envío la angustia al Cielo
Entierro la pena bajo Tierra
En rebelión arrojo los Libros Clásicos
Destruyo, niego las Canciones y las Odas
Los cien filósofos son obscuros y mezquinos
Querría echarlos al fuego
Mi voluntad se eleva más allá de los montes
Mi pensamiento flota más allá del mar
El soplo Original es mi barco
El Viento leve mi timón
Planeo en la pureza suprema
Dejo que mis pensamientos se disuelvan.
Genial poema.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta parte:
"El hombre supremo sabe cambiarse
El hombre libre escapa a lo vulgar
Cabalga las nubes sin riendas
Corre con el viento sin pies"
Metáfora excepcional
Saludos