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Celtiberia: discutir, quejarse y ser irresponsable


Dale Carnegie decía que discutir no vale para nada, salvo para crear enemistades. Si llega a vivir en la España del Siglo XXI se hubiera reafirmado más aun en su idea.


Discutir, quejarse y ser irresponsable
Discutir, quejarse y ser irresponsable
Soy ferviente seguidor suyo y hace tiempo que no discuto con nadie. Me va muy bien.  Es mejor dar la razón a alguien y a cambio conseguir lo que uno quiere, que es mucho más práctico. Reconozco que en Celtiberia es un chollo: todos quieren tener razón. Obsérvelo, obsérvese  a sí mismo y ya me contará. Lo que yo le diga, como dicen por estos predios para reafirmarse en tener razón.

Hay otra faceta del  carácter patrio que me empieza a asustar y es que nadie se siente responsable de nada. La culpa siempre es de otro. Da igual referirse a políticos, Casa Real, empresarios, banqueros o personas corrientes como usted o yo. Si mi niño saca malas notas, es culpa del profesor, nunca de la familia que pasa de disciplinarlo y lo tiene viendo a piñón la tele o jugando a la videoconsola. Si administro mal mi banco, empresa, ayuntamiento, mis dineros, mi familia o lo que sea, la culpa siempre es de otro, nunca mía. Si mi vida es un desastre, es la sociedad o mi predisposición genética la que me lleva a ser así, yo no puedo hacer nada. En eso llevamos años de práctica y se nota. No salimos de adolescentes, no maduramos. Luego nos extrañamos que tengamos varias crisis superpuestas. ¿Recuerda cuando Usted o alguien reconoció haberla cagado? Pues eso.

Discutir, quejarse y ser irresponsable
Discutir, quejarse y ser irresponsable
Y claro, nos quejamos de todo. Si no llueve, nos quejamos. Cuando llueve, también. Fíjese que en cualquier conversación, el tanto por cien de quejas que escucha es asombrosamente alto. Y aun quitando los motivos razonables de queja, que los hay y en abundancia, el nivel sigue siendo alto. Muy alto.

De hecho, este post se puede considerar una queja. ¿No me dirá que no tengo razón? Si quiere lo discutimos, aunque no me hago responsable si le suelto un improperio.

Pues en eso estamos, en un país de quejicas, de vanos discutidores que siempre quieren tener razón y de irresponsables que nunca  asumen sus fallos. ¿Se fiaría usted de alguien así? ¿Le prestaría dinero o se asociaría para un negocio?


Pues tal vez por eso, ni la prima gorda esa del riesgo, ni Alemania junto a la Europa más rica, ni USA, ni el resto del mundo nos consideran de fiar.

Me temo que hace siglos también teníamos nuestros “defectillos”, como el orgullo desmedido o la intransigencia religiosa, por ejemplo; pero que estas nuevas facetas de la forma de ser del “homo celtibericus” son de reciente adquisición. Me atrevería a decir que esta forma de ser surgió casi a la vez que la telebasura, pero todo es discutible (sobre todo en España)

PD. Casi se me olvida. Cuanto mas nacionalistas son algunas personas y mas reniegan de España, mas exagerados son estos rasgos. Que curioso, ¿verdad?

También el puede interesar:

Cómo ganar amigos e influir en las personas, Dale Carnegie 

El arte de tener razón, Arthur Schopenhauer 


Comentarios

  1. Cuando era más joven (más todavía que ahora) discutía frecuentemente. Creo que es algo natural entre adolescentes: discutir para afirmar ante el mundo la propia opinión. Eso daba seguridad. Autoafirmación, poner tu sello en el mundo como si se tratara de un grafiti. Que todos sepan que existes.
    Con los años te das cuenta de lo inútil que resulta. Como dices, solo sirve para crearte enemigos y para enojarte con las personas que más aprecias, como familia y amigos. Una pérdida de tiempo.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. Cayetano, me estás contando mi caso. Cuando maduras, aprendes que discutir no es nada práctico. Lo malo es que muchos no aprenden, se quedan en la pubertad.

      Saludos

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  2. Hola Carolus:
    He vuelto. Ya tengo de nuevo internet ;D

    Mi abuelo materno (Canario), decía que él nunca discutía, sino debatía. Hablando se entiende la gente. La negociación es eso: Hablar y debatir ideas sobre un documento o norma, donde la ley debe prevalecer. Yo cedo en base a que el otro también ceda y todos contentos, siempre que la ley se cumpla.

    Sabes algo que me molesta mucho: Que la gente grite, en un intento de hacer ver que si grita más tendrá razón. He compartido una de tus imágenes en Facebook de Da Vinci: Cuando asisté la razón no hay que levantar la voz...Un pensamiento que siempre llevo presente.
    Saludos

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    Respuestas
    1. Hola, Manuel. Bienvenido de nuevo a este mundo paralelo de internet. Es cierto, se grita mucho (tal vez se copia de la telebasura), ya no hay debates y nadie cede. Por no ceder, no se cede ni el paso a los mayores ni el asiento a los ancianos. Gracias por compartir del facebook, puedes hacerlo siempre que quieras.

      Saludos

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