Ir al contenido principal

Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

El palacio chino con fantasma

Liu Yung, actualmente copero mayor del palacio imperial, quien visitó Luoyang en su juventud, me ha contado lo siguiente:


Al sur del puente Tientsín, que atraviesa el río Luoje, se levantaba un vasto edificio, conocido como el palacio del señor Shi, abandonado hacia treinta años por estar embrujado. Era una magnífica residencia, rodeada de un maravilloso parque sombreado y florido, decorado con bosquecillos de bambú, pabellones, estanques, espléndidas terrazas. En la primavera llegaban los excursionistas para merendar y tocar música. Realmente se trataba de uno de los lugares más bellos de la ciudad de Luoyang.

El palacio chino con fantasma
Durante el reinado Tuan Kung vivía un borracho a quien le decían el tal Chu, temible por su carácter autoritario y brutal. Un día, un grupo de jóvenes amigos lo invitaron a participar en un banquete en el famoso palacio embrujado.

- Es una casa embrujada, usted lo sabe tan bien como nosotros - le dijeron -. Si consiente en pasar una noche aquí, será un placer para nosotros ofrecerle beber hasta saciar su sed legendaria.

- Vuestra proposición corresponde exactamente a mi deseo - le contestó Chu - Generalmente lo que más se teme es la muerte. ¿Qué miedo puedo tener a una casa embrujada, si no temo a la misma muerte?

Esta declaración suscitó la aprobación general. Procedieron a barrer y limpiar el salón de honor, instalaron una cama en la terraza, y se fueron. Chu se instaló cómodamente sobre la cama.

Era el comienzo del verano: los árboles aún no tenían el ramaje tan recargado ni los bosquecillos de bambú eran tan densos como para no dejar filtrar el suave céfiro y la claridad lunar que transformaban al parque en un lugar mágico. Repentinamente se abrieron una tras otra todas las puertas de los pabellones que flanqueaban el edificio principal. Por allí aparecieron un conjunto de doncellas, cada una con un farol, que dejaron sobre la escalinata de la terraza y se retiraron. Poco después, varias damas suntuosamente vestidas y enjoyadas, vinieron a sentarse junto a las luces y se pusieron a coser. Las puertas del salón del fondo se abrieron, dejando pasar una inmensidad de muebles y de preciosa tapicería. Los mismos mozos de cuerda que los traían, amoblaron el salón vacío en un abrir y cerrar de ojos. Entonces los portadores de antorchas precedieron a dos damas magníficamente vestidas. Cada una llevaba un bastón para el juego de pelota.

Anunciaron:
- ¡Su Excelencia el Gran Canciller!
La presencia de Chu las sorprendió. Una de ellas gritó: - ¡Alto!
Un señor con casco y coraza, que terminaba de ocupar un gran sillón, apostrofó duramente al cortejo.
- Evidentemente se trata de un ladrón - gruñó - ¡Sáquenlo de aquí y arrójenlo en cualquier lugar! 
E inmediatamente Chu se vio rodeado, levantado en vilo y arrojado en un bosquecillo de bambú, al oeste del patio. Cayó pesadamente sobre un tronco, se hirió, y su sangre comenzó a manar. Saltó del suelo y dominado por la furia se lanzó hacia el salón.
- ¡Eres tú el ladrón! - gritó, señalando con el dedo al Gran Canciller -. Mientras vivías, sólo supiste posesionarte de títulos y regalías por medio de todas las bajezas y las peores adulaciones. Ya muerto, embrujas las viviendas de los vivos y atormentas a todo el mundo. Y aún tienes el coraje de tratarme de ladrón. ¡De cuánto cinismo es capaz un canalla de tu especie!

Mientras le dirigía estos términos, tomó una almohada y la arrojó sobre el fantasma, que asustado se eclipsó junto con la aterrada muchedumbre de sirvientes.

Poco antes del amanecer, los jóvenes compañeros de Chu, antorchas en mano, entraron en el palacio. Encontraron a Chu sano y salvo. Curiosos y asombrados escucharon el relato de lo ocurrido en el curso de la noche. Chu les contó la exacta relación de lo sucedido, mostrando como prueba su herida, y todo el mundo debió convencerse de su audacia.

De Charlas en las reuniones de amigos, por Shangkuan Yung, dinastía Sung
También le puede interesar
El Arte de la Estrategia



Comentarios

  1. Eso de tirar la almohada a los verdaderos ladrones está muy bien. Lo malo es que si lo haces aquí, seguro que te detienen por atentado a la autoridad.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo al 80%. Hay casos en lso que puedes tirar la almohada: eres alguien que le da todo igual y no tienes nada que perder, detrás de ti hay un colectivo que te apoya o te están filmando los medios.Vamos como en el antiguo programa de TV de Caiga Quien Caiga, que los entrevistados tragaban bilis pero sonreían con buen rollito.

      Si tienes nómina y vas por libre, date por jodido si lo intentas.

      Saludos, Cayetano

      Eliminar
  2. Mira con que ganas le diría al canciller (o a cualquiera del gobierno) que es un...señor ;D.

    A lo mejor lo de la almohada no está mal, para empezar.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es Manuel, empezar por la almohada, y seguir con...

      Saludos

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La pregunta del barbero

Un hombre llamado Juan asomó la cabeza en la barbería de Paco y preguntó: "¿Cuánto tiempo tengo que esperar para un corte de pelo?" Paco, mirando la tienda llena de clientes, respondió: "Unas dos horas." Juan se marchó. Unos días después, Juan volvió a asomarse y preguntó: "¿Cuánto tiempo tengo que esperar hoy para un corte de pelo?" Paco, observando la tienda, dijo: "Unas tres horas." Juan se fue nuevamente. Una semana más tarde, Juan regresó y preguntó: "¿Cuánto tiempo tengo que esperar hoy para un corte de pelo?" Paco, revisando la tienda, respondió: "Unas hora y media." Juan se marchó una vez más. Paco, intrigado, se volvió hacia su amigo Luis y le dijo: "Oye, Luis, hazme un favor. Sigue a Juan y mira a dónde va. Siempre pregunta cuánto tiempo tiene que esperar, pero nunca regresa."  Ver Las 20 leyes de la astucia Un rato después, Luis regresó a la barbería, riéndose a carcajadas. Paco, curioso, preguntó: "¿...

El médico chino

Un médico chino no puede encontrar trabajo en un hospital en EE. UU., así que abre su propia clínica. Pone un letrero afuera que dice: "TRATAMIENTO POR $20 - SI NO SE CURA, RECUPERE $100. " Un abogado estadounidense piensa que esta es una gran oportunidad para ganar $100 y va a la clínica. Abogado: "He perdido mi sentido del gusto." Médico chino: "Enfermera, traiga la medicina de la caja Nº 14 y ponga 3 gotas en la boca del paciente." Abogado: "¡Puaj! Esto es queroseno." Médico chino: "Felicidades, su sentido del gusto está restaurado. Deme mis $20." El abogado, molesto, regresa unos días después para intentar recuperar su dinero. Abogado: "He perdido la memoria. No puedo recordar nada." Médico chino: "Enfermera, traiga la medicina de la caja Nº 14 y ponga 3 gotas en su boca." Abogado (molesto): "Esto es queroseno. Me diste esto la última vez para restaurar mi gusto." Médico chino: "Felicidades. Ha rec...

Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

El gran susto de una viuda

Una pareja decide celebrar su 25 aniversario de bodas visitando el mismo hotel en España que habían elegido para su luna de miel. Llenos de emoción, llegan al aeropuerto, pero lamentablemente descubren que el vuelo está sobrevendido. La esposa le dice al esposo: —No te preocupes, cariño, tú toma este vuelo y yo iré en el siguiente, mañana por la mañana. El marido acepta y, para su deleite, al llegar al hotel descubre que todo sigue casi igual que hace 25 años. La única diferencia es que ahora la habitación tiene una computadora. Emocionado, decide escribirle un correo electrónico a su esposa para contarle que ha llegado bien.  Sin embargo, en su entusiasmo, se equivoca en una letra de la dirección de correo electrónico y, sin darse cuenta, envía el mensaje a otra persona. Mientras tanto, en otra parte del mundo, una viuda acaba de regresar del funeral de su difunto esposo. Aún conmocionada y sumida en la tristeza, decide revisar su correo electrónico para leer los mensajes de condo...

Estrategia sobre el uso de la información

Un hombre se va a dar una ducha en el momento que su esposa está terminando de hacerlo.  En ese preciso instante suena el timbre de la puerta. Estrategia sobre el uso de la información Después de algunos segundos de duda, ambos deciden que ella irá, por lo cual, se envuelve en una toalla, va, abre la puerta y se encuentra con el vecino de al lado de casa. Antes de que ella pronuncie una palabra el vecino le dice: - Le doy 1000 euros si deja caer la toalla en el suelo. Ella piensa unos segundos, se decide, deja caer la toalla y se queda en cueros frente al vecino que, después de unos segundos, mete la mano en el bolsillo, saca 1000 euros, se los entrega, da media vuelta y se va... Aún confundida, cierra la puerta rápidamente, se envuelve otra vez en la toalla y vuelve al baño a secarse el pelo. Cuando llega, su marido le pregunta quién había tocado el timbre. - El vecino de al lado -dice ella- y el marido le pregunta: - ¿Te devolvió los 1000 euros que le presté? Conclusión: S...