El exdirectivo Fernando Marañón nos da las claves para sobrevivir a la jungla empresarial en el libro «Defiéndete de tu jefe». Si hay un colectivo en este país con mala fama, suegras aparte, ese es el de los jefes/as, porque en esto de odiar al superior no hay discriminación sexual.
Defiéndete de tu jefe |
Quizás sea injusto generalizar, pero que tire la primera piedra el que no haya echado pestes del suyo en alguna ocasión... «Encontrar un buen jefe es como hallar una trufa blanca», asegura jocoso a ABC Fernando Marañón, autor del libro «Defiéndete de tu jefe» (Oberon), en el que, con un estilo ameno y divertido, ofrece las claves para convivir con tu superior en la jungla de la empresa sin volverte loco.
Marañón habla desde la propia experiencia, ya que a lo largo de su vida profesional ha ocupado puestos directivos en conocidas multinacionales americanas, entre ellas McDonald's. «Hace cinco años me dieron un empujoncito y monté mi propio proyecto de consultoría. Trabajo a mi aire y me dedico a escribir y a viajar», cuenta. Ha pasado de conducir un BMW 530 a moverse en autobús y metro, pero ha ganado libertad. «Ahora la agenda me la marco yo y puedo decir lo que me dé la gana», reconoce orgulloso.
A Fernando le pasó como a mucha gente en este país, que le ascendieron de un día para otro, sin preguntarle, y sin que nadie le orientara. En su opinión, el problema de los jefes en España es que «en ningún sitio te enseñan a serlo. Ni en la universidad ni en las escuelas de negocio». «De pronto te dicen mañana eres jefe y te cambian la vida sin anestesia», señala el exdirectivo, que advierte de que dirigir equipos es una asignatura «absolutamente emocional».
«En las empresas no se practica la gestión de emociones y, como no hay modelos de referencia, el que asciende tiende a imitar lo que ha visto en su superior directo», explica. Para ser un buen jefe, en su opinión,hay que tener unos valores personales sólidos: ser honesto, honrado, ético y que te gusten las cosas bien hechas.«Cuando estás en puestos de influencia tienes muchas proposiciones en las que tienes que ser fuerte y muy honrado», recuerda.
Si te preguntan por tu jefe, a más de uno le vendrá a la cabeza la imagen de un hombre o una mujer que vive en una reunión constante. «Son absolutamente innecesarias. Una reunión de más de 45 minutos no tiene sentido. Hay que ir con los deberes hechos a contar las cosas de manera concreta», replica Marañón, que tiene su propia hipótesis sobre este fenómeno:«Los jefes se han inventado las reuniones para mantenerse como jefes. Hemos llegado al punto de que si no estás reunido no eres jefe. Al que no es bueno le gusta estar rodeado de sus subordinados porque es donde siente el poder e infla su autoestima».
Tiene razón el buen hombre. En otros organismos más serios para ser jefe hay que pasar ciertos exámenes y controles de diversa índole. Lo se porque mi hijo acaba de aprobar uno, el pobre casi cuarentón, anda y que no le queda mili. Bsss.
ResponderEliminarA mi también me chocó el que para ascender no hiciera falta ningún requisito. Eso explica muchas cosas.
EliminarSaludos,emejota
Cierto. Hay pocos profesionales en ese colectivo. Algunos, por pura intuición, saben hacer de jefe dando tantas de cal como de arena y sabiendo motivar a sus empleados. Otros traen su papel aprendido del sargento que les tocó sufrir cuando hicieron la mili y pretenden trasladar el esquema de la disciplina castrense a su empresa. Solo saben dar órdenes y exigir sin dar nada a cambio, ni siquiera las gracias.Y así les va.
ResponderEliminarUn saludo.
En realidad, esto es otra forma de ver la crisis: una crisis de mando y liderazgo a cualquier nivel y en cualquier lugar. El Principio de Peter no admite excepciones.
EliminarSaludos, Cayetano
Si soy sincero, mis jefes, tanto en Venezuela, como en España ha sido especiales. Siempre recordaré a mi mentor en España, que sin conocerme de nada, me ofració empleo y además me enseño lo que sé de geriatría.
ResponderEliminarMIjefe actual sinceramente lo pasa mal, es difícl transmitir cuando no estás deacuerdo con las políticas del empleador...
Saludos Carolus
En mi caso, como en el tuyo, he tenido mucha suerte cono mis jefes, y espero que mis subordinados piensen lo mismo de mi. Pero lo que comento con muchas personas no es lo mismo.
EliminarSaludos, Manuel