Descubre 10 clichés peligrosos sobre el amor que afectan tus relaciones. Rompe mitos y transforma tu vida amorosa con estas verdades definitivas.
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10 clichés muy peligrosos sobre el amor |
El amor lo puede todo.
El amor significa no tener que decir nunca “lo siento”.
Sólo te enamoras de verdad una vez.
Una de las visiones más habituales sobre el amor es que vivimos una sucesión de relaciones insatisfactorias, que se parecen sospechosamente al amor pero que no lo son, hasta que nos topamos con la persona que realmente nos corresponde. Es decir, una revisión más del mito del Andrógino. Sin embargo, cada relación tiene sus peculiaridades, y es normal y comprensible que recordemos nuestras parejas pasadas de manera muy distinta a la que estamos viviendo en ese momento.
El amor a primera vista demuestra que hay personas destinadas para nosotros.
Cuando conocemos a una persona que de repente nos impacta, ya sea por su belleza, simpatía o inteligencia, o una mezcla de todo ello, sentimos que efectivamente, la teoría del flechazo es cierta y hay personas con las que estamos condenados a entendernos. Sin embargo, los expertos han puesto de manifiesto la gran cantidad de condicionamientos psicológicos que influyen en un caso así y que determinan nuestra predilección por una pareja u otra. Por ejemplo, que una persona nos muestre simpatía, que nos recuerde a una pareja del pasado o simplemente que lleve una colonia que nos atraiga puede ser lo que marque la diferencia, y no el arco de Cupido.
Lo importante es airear tus sentimientos.
Forma parte de la sabiduría popular sobre las relaciones de pareja que lo más importante para la estabilidad de la misma es que ambos miembros expresen en voz alta sus sentimientos y de esa manera se sepa lo que cada uno de los dos espera del otro. Sin embargo, una reciente investigación realizada por el americano Center on Everyday Lives of Families (CELF) señalaba que las parejas que menos se dirigen la palabra eran las que manifestaban una mayor felicidad. No siempre hay que decir todo en voz alta.
Las personas enamoradas no discuten.
Los enfrentamientos dentro de la pareja sufren una mala fama que no merecen, ya que pueden ser mucho más útiles para nuestras relaciones de lo que pensamos. Sospechamos que si discutimos es porque no nos queremos o porque nuestra relación se está deteriorándose, pero en realidad, es una buena manera de establecer límites y evitar que ocurran acontecimientos semejantes en el futuro. Siempre y cuando se guarden las formas y no se rompan ciertos límites, una discusión a tiempo puede librarnos de muchas frustraciones.
El amor no se puede elegir.
Sue Johnson, autora de Hold Me Tight: Seven Conversations for a Lifetime of Love (Little, Brown and Company) recuerda que, al contrario que lo que se piensa en la sociedad contemporánea, tenemos mucho más control sobre nuestros sentimientos amorosos que lo que pensamos. No somos barcos mecidos por la marea de nuestro corazón, sino que podemos influir en nuestros sentimientos y la salud de la relación actualizándolo cada día, a través de nuestro propio comportamiento individual. La única manera de reforzar los lazos amorosos es ser capaces de responder consecuentemente a las necesidades de nuestra pareja.
El sexo casual no implica ningún sentimiento.
Uno de los tópicos más dañinos, en cuanto que conduce a esa peligrosa situación que es alternar con alguien que sabemos no nos conviene pero del que finalmente nos enamoramos. Hay quien ha afirmado, como la experta investigadora Helen Fisher, que “el sexo casual no existe”, ya que siempre se movilizan diversos sentimientos en cualquier acto sexual, por pequeños que puedan ser. La psicóloga explicaba que la mera estimulación genital activa la dopamina del cerebro, y el orgasmo hace lo propio con la oxitocina, lo que puede conducir a enamorarnos de esa persona. Aunque nos guste pensar que podemos controlar nuestros sentimientos, nuestro cuerpo piensa de manera muy diferente.
El verdadero amor no cambia con el tiempo.
Absolutamente falso. Como diversos estudios han puesto de manifiesto, es imposible para el cuerpo (y la mente) humanas mantenerse tan enamorado como el primer día pasado cierto tiempo. Las relaciones evolucionan y si bien la pasión inicial puede no ser la misma, aparecen otras virtudes como la confianza, el respeto o la comprensión mutua, más relacionadas con la estabilidad vital y menos con los sentimientos al límite, que no quieren decir que la relación esté acabada, sino que ha entrado en una nueva fase.
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