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Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Cómo saber si hablas demasiado

A todos nos gusta ser escuchados. No hay nada malo en querer que la gente conozca tus opiniones o comunicar cómo te sientes.


Sin embargo, expresarse puede ser algo malo cuando se convierte en excesivo y empieza a molestar a las personas que te rodean. Una gran parte de ser un buen amigo o un buen conversador consiste en ser capaz de escuchar.

Si estás preocupado porque esta parte del arte de la conversación se te ha pasado por alto, he aquí algunos indicadores y propuestas qué puedes implementar.

Cómo saber si hablas demasiado
Cómo saber si hablas demasiado

Pasos 

Comprobación de si hablas demasiado 

1/ Evaluar tus conversaciones habituales 


Digamos que has quedado con tu amigo para el almuerzo y te preocupa que puedas haber dominado la conversación... de nuevo. Sinceramente, y de una manera imparcial, reproduce otra vez en tu cabeza toda la secuencia de hechos que tuviste en la comida. Esto te ayudará a ver claramente si hablas mucho en comparación con otras personas. Hazte algunas preguntas puntuales como:

¿Quién llevó verdaderamente el peso de la conversación? ¿Acaso hablamos más acerca de mí o de mi amigo? ¿Con qué frecuencia interrumpo a mi amigo?

2/ No limitar estas "sesiones de repetición " a tu círculo social 


Piensa en qué manera hablas a todo el mundo. Incluyendo - pero no limitando- a tu jefe, a tus compañeros de trabajo, a tu madre y al camarero de tu cafetería habitual.

3/ Evalúa la forma más habitual en la que comienzas una conversación 


¿Abres la conversación con una divertida historia de tu vida? ¿O es más probable que le preguntas algo a alguien y dejas que te cuenten una historia? La conversación es un equilibrio entre los participantes y en el momento que estás demasiado inclinado hacia tu interés, eres tú quien está acaparando el centro de atención.

4/ Presta atención al lenguaje corporal de los demás 


¿A veces la gente hace ciertos gestos con los ojos cuando empiezas a hablar o mueven su pie con impaciencia? ¿Las personas empiezan a irse? ¿O parecen ...

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Comentarios

  1. Conozco un par de casos de gente que sólo sabe hablar de sí mismos y empiezan todas las conversaciones con "yo" esto, "yo" lo otro. Luego pasan a hablar de lo buenos que son sus hijos, de sus carreras, de sus buenos sueldos, etc. Son insufribles. Creo que se trata de personas acomplejadas que se quedaron colgadas en la infancia o en la pubertad, en esas etapas necesarias de la autoafirmación frente a los demás y que arrastran una serie de carencias importantes.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Esas personas que conjugan el "verbo yo" me encantan. Les puedes inflar el ego hasta el infinito y no se dan cuenta de la jugada. Y mientras tanto, puedes conseguir de ellos lo que quieras... o simplemente echar unas risas si eres capaz de aguantarlos.

      Saludos, Cayetano

      Eliminar
  2. Hace algunos años en Inglaterra asistía a una conferencia sobre estos detalles. Cuando hice una entrevista para trabajar en la industria farmacéutica como investigador clínico, recordé una frase de aquella conferencia: No contestes lo que no te preguntan.
    Hablar mucho simplemente cansa a los dos.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez por eso se dice que eres esclavo de tus palabras y dueño de tus silencios.

      Saludos, Manuel

      Eliminar

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