La inteligencia emocional y la capacidad de leer a las personas son habilidades valiosas en nuestras interacciones sociales y profesionales. Estas aptitudes nos permiten comprender mejor a quienes nos rodean, facilitando una comunicación más efectiva y relaciones más profundas. A medida que desarrollamos estas habilidades, comenzamos a notar sutilezas en el comportamiento y la comunicación que antes pasaban desapercibidas. Una de las primeras manifestaciones de esta habilidad es la atención al lenguaje corporal . Comenzamos a notar cambios sutiles en la expresión física de los demás, como una sonrisa amable, un ligero cambio de postura o un contacto visual significativo. Estos pequeños gestos, a menudo imperceptibles para muchos, se convierten en pistas valiosas sobre el estado emocional y las intenciones de la persona. La capacidad de captar estos detalles no solo mejora nuestra comprensión de los demás, sino que también nos ayuda a responder de manera más adecuada en diferentes situ