Ir al contenido principal

Buscador

Los dos jorobados

En un pueblo vivían dos jorobados a los que todo el mundo conocía.

Uno de ellos, de temperamento animoso, gustaba mucho de salir, en las noches del verano, a tomar el fresco en las eras porque podía estar solo y a salvo de las burlas ocasionales y pensando en sus cosas.

Allí se entretenía el hombre con sus pensamientos sin que nadie le molestara.

Los dos jorobados
Los dos jorobados
Una noche de ésas se fue a las eras, como de costumbre, y allí estaba tumbado viendo pasar las horas.

Le dieron las diez de la noche, y le dieron las once... y él, nada, tan tranquilo y tan a gusto. Y de pronto se le ocurrió, viendo que se acercaban las doce, que es la hora de las brujas, que bien podía quedarse un rato más y ver si era verdad eso de que a las doce se reunían todas ellas a celebrar sus ceremonias.

Y entre que sí y que no, y entre la curiosidad y el repeluco, pasó el tiempo y dieron las doce. Y no hicieron más que dar las doce cuando empezó a ver cosas extrañas y a escuchar música aún más extraña.

Las visiones que veía eran las brujas que saltaban, cantaban, bailaban y se contorsionaban al son de la música. Y estas brujas, cuando se cansaron de tanto baile, empezaron a cantar:

-Lunes, martes y miércoles, tres;
 lunes, martes y miércoles, tres.

Así una y otra vez. Y el jorobado, viendo que no salían de ahí, pensó para sus adentros: «¡Pobrecillas!
Voy a completarles la semana». Y cantó, con el mismo son de las brujas:

-Jueves, viernes y sábado, seis;
 jueves, viernes y sábado, seis.

Y ya se disponía a continuar, cantando: «y domingo, con seis, hace siete», cuando oyó que decía una bruja:

-¡Ay, qué bien! ¡Por fin hemos concluido el cantar!, y empezó a mirar a un lado y a otro, rodeada de las otras brujas, diciendo:

-¿Quién ha sido, quién? ¿Dónde está el que el cantar acabó?

Y el jorobado dijo:

-Aquí me tenéis, sentado en esta piedra.

Todas las brujas se le acercaron y le acariciaban y por fin le dijeron:

-¡Mira qué gracioso, el pobre! ¡Si es jorobadillo!

Dinos qué quieres por habernos terminado el cantar y lo que quieras te lo concederemos.

Entonces el jorobado dijo:

-¿Qué es lo que más quiero? ¡Pues que me quitéis esta joroba que llevo!

-¡Ah, ah, sí! -dijeron las brujas-. Pobre jorobadillo, bien se lo merece.

Y la bruja que había hablado primero le pasó la mano por la joroba y el jorobado se quedó más derecho que un huso. Entonces él les dio las gracias y ellas se las dieron a él y, lleno de contento, se fue a su casa a dormir mientras las brujas se quedaban haciendo volatines y piruetas por los aires.

El jorobado estaba tan emocionado y exhausto que durmió como un lirón, pero a la mañana siguiente, cuando se levantó y vio que ya no tenía joroba, se llenó de gozo y salió corriendo a la calle para lucir su nuevo tipo. Todo el mundo se admiró enormemente de que le hubiese desaparecido la joroba y querían conocer la causa; y el otro jorobado del pueblo era el más interesado en saber cómo le había sucedido.

A todos se lo contó, aunque muchos no le creyeran. Y el segundo jorobado pensó:

-Pues esta noche voy yo a las eras, por si se les ha olvidado lo que les enseñaste. Y si no se les ha olvidado, entonces les cantaré: «Y domingo, con seis, hace siete»; a ver si a mí también me quitan la joroba.

¡Pues no me la han de quitar en cuanto me oigan!

Y se refocilaba pensando que, a la mañana siguiente, él también podría presumir de no tener joroba.
Y así se dedicó a recorrer el pueblo, contándoles a unos y a otros; y unos le animaban y otros se reían de él.

Conque el pobre infeliz se fue a las eras ya a eso de la media tarde, porque no podía resistir la espera, y allí se estuvo sin comer ni beber por si acaso las brujas se adelantaban y él perdía la oportunidad.

Total, que con tanto desasosiego, pasaron los cuartos, las medias y las horas haciéndosele una eternidad en la que ora desesperaba y ora confiaba hasta que por fin oyó dar las doce y en ese momento las brujas aparecieron. Casi no podía creer lo que estaba viendo, que eran las mismas visiones que relatara el otro jorobado; y tal como había dicho, después de los bailes y volatines, las brujas se juntaron y se pusieron a cantar:

-Lunes, martes y miércoles, tres;
 lunes, martes y miércoles, tres;
 jueves, viernes y sábado, seis;
 jueves, viernes y sábado, seis.

El jorobado vio que habían aprendido bien lo que el otro les había enseñado y que no lo olvidaban, así que decidió terminar la semana y cantó, con el mismo son que las brujas:

-Y domingo, con seis, hace siete.

Las brujas, que oyeron este canto, se enfurecieron terriblemente y empezaron a buscar por todas partes, diciendo:

-¿Quién nos hace burla, quién? ¿Dónde está el que nos hace la burla?

Y el pobre jorobado entendió que preguntaban:

«¿Quién nos dice la última, quién? ¿Dónde está el que nos dice la última?» y las llamó diciendo:

-Aquí estoy sentado en esta piedra. Quítenme ustedes la joroba.

Todas las brujas le rodearon, aún más furiosas que antes, y empezaron a darle empellones y pellizcos, mientras decían unas a otras:

-¡Mira! ¡Si es un jorobado!

-¡Un jorobado! ¡Que ha venido a reírse de nosotras!

-¡Vaya con el jorobado! ¡A ver qué hacemos con él!

Y dijeron todas a coro:

-¡Pues le ponemos otra joroba!

Y nada, que le pusieron otra joroba en mitad de la espalda, con lo cual ya tenía dos.

El pobre jorobado se fue a su casa cabizbajo y pensando en lo que le había sucedido; y estaba tan pensativo y ensimismado que no pudo pegar ojo en toda la noche y a la mañana siguiente no se atrevió a salir a la calle para que no le vieran las dos jorobas.

Y tanto y tanto aumentó su tristeza que dejó de comer y de dormir. Hasta que un buen día lo encontraron muerto de pena en su cuarto.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!

Comentarios

  1. ¡Hay que jorobarse!
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Por eso, mejor no desear la suerte de otro...Interesante reflexión...

    Feliz año Carlos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Está muy bien velar por el prójimo, pero sin olvidarse de uno mismo.

      Feliz año, Manuel

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La testosterona

La testosterona es una hormona que se produce en los testículos de los hombres y en los ovarios de las mujeres, aunque en menor cantidad.  La testosterona es la hormona que regula el deseo sexual. Si tenemos en cuenta que las mujeres producen entre 0,1 y 0,4 mg al día frente a los hombres que lo hacen entre 5 y 7 mg diarios, entenderemos porque la mujer es más emocional y el hombre es más sexual. Ver  Suplementos de testosterona: todo lo que necesitas saber Normalmente la mujer pone el foco en el amor y el hombre en la sexualidad; por supuesto y como en todo, hay excepciones. Por este motivo la forma de llegar a la sexualidad de la mujer será darle muchos detalles de amor, mientras que al revés para que nazca el deseo de amar en un nombre será necesario que sexualmente se sienta satisfecho. Por supuesto esto no es una receta, ni debe ser una obligación, pero conocernos nos ayuda a entendernos y a satisfacernos. La testosterona es una hormona que se produce en los testículos de los homb

¿Pechos o traseros?

En una ocasión, durante un periodo sin clases, organizamos una partida de voleibol con el equipo de prueba de la universidad.  Mientras jugábamos, un grupo de estudiantes de psicología se acercó a nosotros para realizar una encuesta sobre preferencias sexuales masculinas. La encuesta incluía unas 15 preguntas, comenzando con la típica: “¿Pechos o trasero?” Ver  Atracción mamaria Recuerdo que uno de mis compañeros, tal vez en tono de broma, decidió añadir su propia respuesta: "carácter". Más allá del humor del momento, lo que realmente me llamó la atención fue el contenido de la encuesta y el enfoque directo de las preguntas. Más tarde, intenté buscar este estudio en las publicaciones universitarias, pero no encontré ningún registro al respecto. Expandiendo la búsqueda a otras fuentes académicas, me topé con algunos artículos sobre preferencias sexuales, pero ninguno abordaba el tema de una manera tan directa como lo hacía la encuesta que habíamos visto. Sin tener fuentes acad

La silla en el techo

Un profesor de matemáticas entró en el aula y encontró la silla en la que se iba a sentar colgada del techo. Miró a los estudiantes y sonrió sin decir una palabra. Se acercó a la pizarra y escribió: Puntuación:15min. Observe cuidadosamente el objeto anterior que cuelga del techo. Pregunta 1 - Calcula la distancia entre la silla y el suelo en centímetros (1punto) Pregunta 2 - Calcule el ángulo de inclinación de la silla en relación con el techo, mostrado su operación (1punto). Pregunta 3 - Escriba el nombre del estudiante que colgó la silla en el techo y los amigos que lo ayudaron (16 puntos). Y tú, ¿qué opinas? Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!

La mosca que salvó un aeropuerto

En los años 90, el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol estuvo al borde del cierre debido a un problema particularmente repugnante e incontrolable.  El problema estaba en el último lugar que cabría esperar: los aseos, ¡más precisamente los aseos de hombres! De hecho, muchos hombres tenían la desagradable costumbre de orinar en cualquier lugar, salpicando alrededor de los urinarios. Era una situación realmente desagradable y difícil de manejar. El inodoro fue diseñado para facilitar estas salpicaduras, con paredes verticales que no dirigían el chorro de orina hacia abajo. Esta situación tuvo graves consecuencias: importantes problemas de higiene, aumento de los costes de limpieza y una mala imagen para el aeropuerto. Los responsables lo intentaron todo: carteles, campañas de concienciación, pero nada funcionó. Fue entonces cuando a Aad Kieboom, un empleado del aeropuerto, se le ocurrió una idea brillante, sencilla y, sobre todo, muy efectiva: hizo dibujar una mosca en el centro de cada urin

Señales de una mala persona

Las señales de una mala persona pueden ser sutiles o evidentes, pero siempre son indicadores importantes de carácter y valores. A continuación, verás en detalle algunas de estas señales: La infidelidad en la amistad es una característica preocupante. Las personas que solo están presentes cuando las cosas van bien, pero desaparecen en momentos de necesidad, demuestran una falta de lealtad y compromiso real. Esta actitud revela una naturaleza egoísta y oportunista, donde la relación se basa en la conveniencia más que en un vínculo genuino. El chisme y la difusión de rumores son comportamientos destructivos que indican una falta de integridad. Quienes se involucran en estas prácticas a menudo buscan atención o poder a expensas de otros. Este hábito no solo daña las relaciones interpersonales, sino que también crea un ambiente de desconfianza y negatividad. No cumplir con la palabra dada es una señal clara de falta de confiabilidad. Las personas que hacen promesas que no tienen intención