Como todo sistema cerrado, el Régimen de 1978 construyó sus propios mitos y mentiras, creando terribles tabúes para que nadie osara exponer abiertamente la verdadera naturaleza de las cosas.
Este libro pretende denunciar estas falsedades y manipulaciones, rompiendo abiertamente los tabúes.
Libro "Catarsis", de Javier Benegas y Juan M. Blanco |
¿Sabía usted que la Transición política distó mucho de aquel modélico proceso que vendió la propaganda oficial? ¿Que la Constitución Española se elaboró básicamente en beneficio de los partidos políticos presentes en el pacto y no en interés de los ciudadanos? ¿Que fue producto de multitud de apaños y componendas y que, ante la imposibilidad de cerrar acuerdos sobre puntos fundamentales, se redactó de manera ambigua e incoherente, al albur de futuras transacciones entre partidos? ¿Que la separación y el equilibrio de poderes, elementos fundamentales de la democracia, desaparecieron con prontitud, estableciéndose un régimen que puede denominarse «partitocracia»?
¿Que la mayor parte de las instituciones que teóricamente son independientes sólo funcionan de manera formal pues en realidad se limitan a ratificar lo que ya han decidido los partidos? ¿Sabía usted que, aunque la Constitución garantizó ciertas libertades, la participación política se encontró sometida a enormes barreras, creándose una casta cerrada de políticos profesionales? ¿Que los mecanismos de selección de los gobernantes son perversos y tienden a llevar al poder a personas insuficientemente preparadas y poco honradas? ¿Sabía que los partidos acordaron tácitamente un sistema de corrupción organizada para repartirse los ingresos por comisiones ilegales que se obtienen desde el poder? ¿Que la mayor parte de las contratas por obras o servicios tienen un precio enormemente inflado, que incluye el importe de sustanciosas comisiones? ¿Que los contratos públicos se adjudican de manera arbitraria a empresas que se encuentran en connivencia con los gobernantes?
¿Sabía usted que el Rey nunca cumplió adecuadamente su papel de árbitro y moderador de las instituciones contemplado en la Constitución? ¿Que se ocupó preferentemente de sus asuntos privados, utilizando para ello los servicios del Estado? ¿Que, en contra de la imagen de un monarca sin facultades ejecutivas, Juan Carlos utilizó los servicios secretos españoles con fines privados, elevó a una buena amiga a representante oficiosa de España y colocó a familiares en puestos bien remunerados de grandes empresas privadas? ¿Que la prestigiosa revista Forbes calcula al Rey una fortuna de 1.800 millones de euros a pesar de que Juan Carlos carecía de patrimonio cuando llegó a España? ¿Sabe usted lo qué vendía realmente Iñaki Urdangarin para que multitud de entidades públicas y privadas le pagasen millones de euros sin contraprestación aparente?
¿Sabía usted que el Sistema Autonómico se desarrolló de manera improvisada y caótica generalizándose el traspaso de competencias cuando los partidos descubrieron que se multiplicaban los cargos a repartir entre sus miembros? ¿Que las Autonomías han creado una estructura administrativa y burocrática monstruosa, dirigida a colocar a sus simpatizantes y amigos? ¿Que los Gobiernos autonómicos han promulgado más de cien mil leyes, normas y regulaciones imposibles de cumplir en su totalidad, que limitan el establecimiento de nuevas empresas, entorpecen la creación de empleo y rompen la unidad del mercado interior? ¿Que se ha creado un nuevo caciquismo comparable al que existió en la segunda mitad del siglo XIX en España?
¿Sabía usted que los partidos han controlado férreamente los medios de comunicación públicos y privados utilizándolos como instrumento de propaganda? ¿Que la prensa ha vivido de subvenciones, publicidad institucional y concesiones, y que destacados periodistas reciben favores, e incluso sobres, de los partidos? ¿Que ha existido una enorme autocensura por parte de muchos periodistas e intelectuales por temor a ser señalados con el dedo si contaban lo que realmente ocurría? ¿Sabía usted que, en contra de lo que intentó vender la propaganda, nunca hubo en España manifestaciones de millones de personas? ¿Que a duras penas alguna manifestación pudo alcanzar las cien mil? ¿Que las cifras siempre fueron manipuladas por el poder?
Si todas sus respuestas han sido afirmativas, este libro suscitará menos curiosidad morbosa, pero le resultará igualmente interesante, pues no se limita a narrar los acontecimientos: procede siempre a analizar las causas de los problemas y a proponer algunas soluciones.
Hemos vivido varias décadas en un mundo de «Matrix», aceptando a pies juntillas muchas mentiras, falsedades y manipulaciones. La sociedad española mostró durante años una actitud demasiado tolerante ante la arbitrariedad y el abuso, ambos disfrazados de un nefasto paternalismo. Pero, como ocurre tantas veces en la historia, la etapa toca a su fin. Mientras la crisis económica descubría con crudeza las endebles bases del sistema económico, el surgimiento de algunos diarios digitales mucho menos dependientes del poder, entre los que desempeña un papel destacado Vozpopuli de Jesús Cacho, ha contribuido a romper el monopolio de la información y la espiral de silencio impuesta por el Régimen. La actitud y la visión de los españoles han cambiado tanto en los últimos años que los desmanes de los gobernantes ya no pasan desapercibidos ni son aceptados con la indiferencia y la resignación de antaño.
Llegó el momento de la rendición de cuentas, el punto de no retorno que abre esa crucial encrucijada donde España decide su futuro. No se trata de denostar, culpar o apuntar a nadie con el dedo acusador: las causas de los males no se encuentran en las personas, sino en el incorrecto diseño de las instituciones. Este libro sugiere que nuestro país debe acometer con decisión unas profundas reformas que conduzcan a la participación activa, a la libertad y a la responsabilidad. En definitiva, a una democracia digna de tal nombre y a un régimen de acceso abierto.
Extraído del libro: "Catarsis", de Javier Benegas y Juan M. Blanco
Será difícil... Muchos intereses creados... Y todos a favor de ellos.
ResponderEliminarNo me extraña que quieran unos pactos ahora, como aquellos... Ya sabían de esto.
Es triste que nada cambien... ni entonces ni ahora
Saludos Carlos. Cuídate mucho
Está todo muy enmarañado, y como dijo alguien, lo viejo no acaba de morir ni lo nuevo de nacer. Haría falta un De Gaulle que cerró la IV Republique y creó la V Republique. Cuando el edificio está comido por termitas, hay que derribarlo y a volver a construir (sin termitas, claro).
EliminarSaludos y salud que no falte.
De aquellos barros, estos lodos. El sistema electoral, el enorme poder de las minorías nacionalistas, teniendo en sus manos casi siempre la llave de la gobernabilidad del estado, fue un apaño para tenerlos tranquilos. Es cierto también que salíamos de una dictadura, que había mucha inestabilidad, que eran momentos difíciles y que no era conveniente hacer reformas que pudieran incomodar a algunos, etc; pero quedaron cosas pendientes o que se deberían haber hecho de otra forma. Yo, de aquellos tiempos, que viví intensamente dada mi juventud, solo recuerdo con añoranza la capacidad de consenso entre las diversas fuerzas políticas para ser capaces de aprobar cosas, como los Pactos de la Moncloa. También echo en falta la estatura política de los distintos líderes. Podías ver, por ejemplo, conversando civilizadamente a Herrero de Miñón con Carrillo, Miquel Roca o Fraga Iribarne. Hoy, ni hay sentido de estado ni hay nivel.
ResponderEliminarTambién conocí la Transición y no veo ahora políticos con la talla y talante de los que citas para acometer otra tarea similar que hace bastante falta.
EliminarTambién hay que reconocer que no sólo los políticos han perdido calidad, los votantes no están libres de pecado...
Voy a empezar a leer el libro, a ver que tal es.
Un saludo, Cayetano.