Coronavirus: por qué una segunda onda se considera "muy probable". Este riesgo de reanudación del COVID-19, incluso tan pronto como este verano, está siendo tomado muy en serio por las autoridades sanitarias.
A pesar de los buenos indicadores actuales, el riesgo de una reanudación de la epidemia de Covid-19 o incluso tan pronto como este verano, está siendo tomado muy en serio por las autoridades sanitarias. Este es el balance de los principales factores a favor de este escenario.
¿Habrá segunda ola del COVID? |
Los últimos datos sugieren que una intensificación de la circulación de COVID-19 en el hemisferio norte en un momento más o menos distante... es extremadamente probable. Todos los indicadores parecen positivos. Por el momento, España tiene (o tenía) una evaluación bastante tranquilizadora de su lucha contra el COVID-19. Según parecía, el número de casos de contagios, el porcentaje de pruebas positivas y la tasa de hospitalización, especialmente en UCI, estaban en continuo declive.
Sin embargo, se les pide a los ciudadanos que no bajen la guardia frente al coronavirus durante sus vacaciones de verano. Una espada de Damocles pende sobre ellos: no sólo el coronavirus no ha desaparecido, sino que es muy probable que vuelva a circular intensamente en los próximos meses.
No podemos decir con certeza si la circulación del coronavirus se intensificará de nuevo este verano, este otoño o este invierno. Pero muchos gobiernos se están preparando para una segunda ola del COVID-19, lo cual es muy probable. Estas son las razones de este posible escenario.
1. La inmunidad colectiva sigue siendo muy pequeña
En primer lugar, es imposible confiar en la estrategia de la inmunidad colectiva, que consiste en basarse en el hecho de que una gran parte de la población desarrolla inmunidad contra el virus para que el contagio se detenga por sí solo. La inmunidad colectiva está entre un 5-10%, mientras que tendría que ser del 50% al 70% para bloquear la circulación del virus. ¿Cómo sabemos la proporción de personas que han estado expuestos al coronavirus? En realidad, se trata de una estimación basada en encuestas de "seroprevalencia". Se selecciona una muestra representativa de la población de forma anónima y las analiza si han pasado el COVID-19 y si tiene anticuerpos. Esta herramienta es la mejor que disponemos para tener una estimación de la proporción de personas que han contraído el virus y desarrollado anticuerpos contra él.
No sólo esta proporción es demasiado baja para detener la propagación del virus, sino que varias incógnitas sobre las características del SARS-CoV-2 complican la ecuación: no se sabe cuánto o por cuánto tiempo esta proporción de gente está protegida contra el virus. En estas condiciones, es imposible descartar la posibilidad de una segunda ola de contagio si el virus vuelve con fuerza.
2. La epidemia sigue propagándose en otros lugares
Los buenos indicadores epidemiológicos en Europa podrían hacernos olvidar esto, pero la pandemia Covid-19 está empeorando en el resto del planeta. La Organización Mundial de la Salud advirtió el lunes que la pandemia estaba "lejos de terminar" y estaba "acelerando" incluso cuando se cruzaron dos umbrales simbólicos: 500.000 muertes y 10 millones de casos en todo el mundo.
El virus circula ampliamente, especialmente en el hemisferio sur, que ha entrado en período invernal. Después de una larga meseta, la pandemia Covid-19 se está extendiendo particularmente en Sudamérica que, junto con el Caribe, está ya en 114.000 muertos. La Organización Panamericana de la Salud ha advertido que este número podría casi cuadruplicarse en octubre sin medidas sanitarias mejoradas.
La situación también es muy preocupante en Estados Unidos, donde el número de muertos ha vuelto a aumentar, superando de nuevo las 1.000 muertes por día. También en Europa la reaparición de algunos rebrotes es especialmente preocupante.
Sin embargo, mientras el virus circule por otras partes del mundo, el riesgo de una segunda ola en los próximos meses permanece. Esto es cierto a pesar de que la Unión Europea haya decidido reabrir sus fronteras sólo a países en una situación epidemiológica similar o mejor que la suya.
3. La experiencia de las pandemias anteriores
Las pandemias anteriores han mostrado una característica común: la estacionalidad. Al igual que otros virus respiratorios, el virus debe volver a Europa cuando las temperaturas sean más propicias para él, es decir, con tiempo frío: en otoño o invierno. Esto es lo que se ha visto con las últimas cuatro pandemias de gripe 1918, 1957, 1968 y 2009. Por otra parte, el SRAS y el MERS no experimentaron oleadas, ya que el número de personas infectadas seguía siendo muy limitado. Es difícil saber en este momento cómo se comportará el nuevo coronavirus. La estacionalidad depende ante todo de factores intrínsecos al virus, por ejemplo, si el frío y la humedad promueven su propagación o no. En este aspecto, todavía nos faltan datos sobre el nuevo coronavirus.
4. ¿Será el verano mortal para el virus? No es algo muy seguro
También depende de factores relacionados con nuestros estilos de vida. En primavera y verano hacemos mucha vida al aire libre, al contrario de cuando nos alojamos en un lugar confinado. Esta es una de las circunstancias que promueven la transmisión del coronavirus. Esa es una de las razones por las que estamos hablando de una segunda ola en otoño… o antes.
5. El riesgo de un desconfinamiento muy relajado
Pero sería muy imprudente considerar que el riesgo de una segunda ola no reaparecerá hasta el próximo otoño. No se puede decir que el coronavirus no pueda volver a circular significativamente ya en este mismo verano. Por este motivo la detección y aislamiento de casos confirmados, la búsqueda sistemática de contactos en riesgo en torno a cada caso confirmado, su aislamiento y el cumplimiento de las medidas de protección siguen siendo primordiales. No se puede descartar una reaparición más temprana del coronavirus, durante el verano, durante un evento de grupo o con una relajación general de las medidas de protección.
Hay un reservorio viral, con personas asintomáticas, que pueden transmitir el coronavirus sin saberlo. Es crítico el evitar grandes reuniones y los comportamientos arriesgados. El pico de marzo-abril está ya rebasado, pero conviene no olvidar que aún no hemos terminado con el coronavirus.
La segunda oleada vendrá aunque no tan virulenta como la primera. El problema es que no hacemos rastreos correctos. Falta de personal y los contagiados no refieren toda la verdad. De todas las Comunidades Autónomas, Canarias es la que mejor lo hace.
ResponderEliminarEs lo que tenemos.
Saludos
Y yo que creo que va a ser mas virulenta...
EliminarA la gente le ha gustado mezclarse sin tomar precauciones, cosa que antes no ocurría. En fin que sea lo que tenga que ser, pero de la segunda oleada no nos salva nadie.
Saludos