Para Tocqueville, el mayor riesgo de la democracia radica en la renuncia a la libertad, cuyo origen debe buscarse en " la pasión por la igualdad " y la retirada a la esfera privada, características de la democracia.
¿Igualdad a expensas de la libertad?
En una sociedad que quiere ser igualitaria, la conciencia de las desigualdades es muy fuerte. Cuanto más se reducen las desigualdades, menos se aceptan. Sin embargo, para defender la igualdad, los individuos están dispuestos a aceptar un "despotismo suave", es decir, aceptar la reducción de sus libertades públicas en nombre de la igualdad entre los ciudadanos. Tanto más cuanto que se inclinan a dejar la gestión de los asuntos públicos a los representantes políticos. Tocqueville basa esta inclinación en la búsqueda del bienestar material inmediato y privado.
Los riesgos de la democracia según Tocqueville |
EL RIESGO DEL DESPOTISMO DEMOCRÁTICO
Para él, las personas valoran la igualdad y su bienestar en detrimento de las libertades y la posibilidad de ejercer su poder de decisión en la esfera pública. Estos comportamientos y valores son la base del despotismo democrático .
El despotismo democrático tiene su origen en la desvinculación de los ciudadanos en la gestión de los asuntos públicos, que prefieren entregarla a los líderes políticos. Estos últimos tienden entonces a acumular funciones políticas y especializarse en una carrera política. El riesgo es entonces que nazca un Estado centralizado que gestione toda la vida pública.
LA TIRANÍA DE LA MAYORÍA
Otro peligro con el que se encuentra la democracia reside para Tocqueville en la tiranía de la mayoría. Las personas elegidas democráticamente por una mayoría pueden imponer sus decisiones a la minoría. De hecho, se supone que representan la voluntad "del mayor número". La tiranía de la mayoría reside, pues, en el olvido del interés general y en la penalización de determinados sectores de la población. Esta observación cobra todo su significado en la época de Tocqueville, cuando las elecciones se realizaron por sufragio censal: solo los votantes varones que pagaban el censo podían votar, excluyendo así a una gran franja de la población.
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