Un bono es una de las formas de inversión más habituales para rentabilizar el ahorro. Es ante todo un poderoso instrumento financiero de deuda utilizado tanto por entidades privadas como gubernamentales
Si estás muy conectado con el mundo de las inversiones y el dinero, sin duda habrás escuchado muchas veces qué es un bono.
¿Qué es un bono? |
Es una de las formas de inversión más habituales para rentabilizar el ahorro. Sin embargo, no es un producto muy simple porque tiene diferentes aplicaciones conocidas por los inversores más experimentados en la materia y en mercados financieros Hasta el punto de que se habla muy a la ligera del vínculo, pero en ocasiones no queda excesivamente claro sobre sus mecanismos para invertir nuestros ahorros.
En primer lugar, no quedará más remedio que remitirse a la definición general de este término económico. Bueno, el bono es ante todo un poderoso instrumento financiero de deuda utilizado tanto por entidades privadas como gubernamentales. El bono es uno de los medios de materialización de los títulos de deuda, de renta fija o variable. Por tanto, no tiene por qué venir de las bolsas, como creen actualmente algunos pequeños y medianos inversores.
En cualquier caso, y para que lo entiendas mucho mejor, se trata de un activo financiero que cotiza en los mercados y que puedes alquilar en cualquier momento para rentabilizar el patrimonio acumulado. Pero como su significado sugiere, puede provenir de diferentes mercados y por lo tanto tienes muchas formas de canalizar las inversiones. Desde la compra de bonos periféricos hasta una cesta de bonos integrada en un fondo de inversión. Por supuesto, hoy en día tienes muchas estrategias para abrir posiciones en este importante activo financiero. Más de lo que puedes pensar desde el principio. ¿Quieres conocer algunas de las más básicas y a la vez efectivas?
Bonos emitidos por el Estado
Es la forma de inversión más ligada a este producto financiero. Por supuesto, casi siempre cuando hablamos de bonos, no nos referimos a esta forma tan universal de invertir. Más allá de otros enfoques técnicos y quizás incluso fundamentales pues un bono es un título de deuda que puede ser emitido por el estado (gobierno nacional, provincial, municipal, etc.). Es conveniente que lo recuerdes a partir de ahora, ya que las comunidades autónomas de nuestro país también son emisoras de este producto financiero. Cataluña, Madrid, Asturias, País Vasco, Galicia, La Rioja...
Su forma de inversión es algo compleja ya que a medida que aumenta el riesgo del bono aumenta la rentabilidad de este producto financiero. Aunque corres el riesgo de perder todo el dinero si la comunidad emisora no puede pagarlo o simplemente se declara insolvente. Esta es una de las principales razones por las que los rendimientos de los bonos regionales no siempre son los mismos. Con algunas diferencias muy importantes entre unos y otros, aunque en general se mueven en un rango que va del 1% al 6% aproximadamente. En cualquier caso, conviértete en una alternativa real a la inversión que tienes en este preciso momento.
Bonos del Estado, los más tradicionales
Por el contrario, los bonos del gobierno han sido una de las formas de inversión más convencionales durante muchos años. Destinado a un perfil de usuario bastante conservador o defensivo, como lo hacían tus padres o abuelos en otros tiempos en los que no había tanta variedad en productos financieros. En este sentido, por supuesto, no se puede olvidar que esta clase de bonos en circulación se presenta bajo diferentes vencimientos. Entre las que destacan las destinadas a 3, 5 y 10 años y que se subastan con cierta regularidad durante todos los ejercicios. Sin embargo, es un producto de inversión que en la actualidad genera una rentabilidad baja, inferior al 1%.
Una de las grandes ventajas de tomar posiciones en los llamados bonos del gobierno es que forman parte de un proceso que no es nada complejo. Además es muy seguro ya que su rentabilidad está garantizada desde el primer momento. Con las características que interesen de los bonos nacionales irán a tu cuenta corriente de forma anticipada. Es decir que al mismo tiempo que los contratas y a diferencia de otro tipo de productos financieros o bancarios, tendrás que esperar a que caduquen para recuperarlos. Como por ejemplo, esto sucede en los depósitos a plazo. Este es un factor que hace que algunos inversores opten por ellos frente a otros modelos de inversión.
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