Baltasar Gracián fue un escritor y filósofo español del siglo XVII, conocido por sus obras de aforismos y consejos sobre cómo vivir con prudencia, astucia y elegancia en un mundo complejo y cambiante.
Ideas prácticas de un sabio jesuita |
- La discreción es una virtud esencial para triunfar en la vida. No hay que revelar todos los secretos, ni mostrar todas las debilidades, ni alardear de todas las habilidades. Hay que saber guardar silencio cuando conviene, y hablar con oportunidad y mesura.
- La adaptación es otra clave para sobrevivir y prosperar en un mundo incierto y variable. Hay que saber cambiar de opinión, de actitud y de estilo según las circunstancias, sin perder la identidad ni la coherencia. Hay que ser flexible y versátil, sin ser voluble o inconstante.
- La prudencia es la sabiduría práctica que permite actuar con acierto en cada situación.
No se trata de ser tímido o temeroso, sino de ser cauto y previsor. Hay que evitar los extremos, los excesos y los defectos, y buscar el justo medio en todo. Hay que saber cuándo arriesgar y cuándo retirarse, cuándo obedecer y cuándo rebelarse, cuándo ser generoso y cuándo ser avaro.
- La astucia es el arte de engañar o de evitar ser engañado por los demás. No se trata de ser malicioso o deshonesto, sino de ser sagaz y perspicaz.
Ver Cómo ser astuto con 8 ideas
Hay que conocer los defectos y las pasiones de los demás, y saber aprovecharlos en beneficio propio o en defensa propia. Hay que saber fingir, disimular, elogiar, halagar, criticar, ironizar y persuadir.
- La elegancia es el modo de expresarse y de comportarse con gracia, cortesía y distinción. No se trata de ser ostentoso o presumido, sino de ser refinado y culto. Hay que cuidar el lenguaje, el vestuario, los modales y las costumbres. Hay que saber conversar, escuchar, bromear, reír y llorar.
Estas son solo algunas de las ideas de Baltasar Gracián que se pueden aprender y aplicar en la vida cotidiana. Su obra es una fuente inagotable de reflexiones profundas y consejos útiles para mejorar como personas y como ciudadanos.
Ver El Arte de la Prudencia, de Gracián
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