En la antigua Grecia, había una costumbre de esperar varios días después del nacimiento de un niño antes de celebrar una ceremonia de nominación. Esta práctica se debía a la alta tasa de mortalidad infantil que había en esa época, y los bebés no se consideraban miembros completos de la sociedad hasta que hubieran sobrevivido al menos una semana.
La ceremonia de nominación se llamaba "Amphidromia" y se llevaba a cabo el décimo día después del nacimiento del bebé. Durante esta ceremonia, el padre del niño llevaba al bebé alrededor del hogar para presentarlo a los dioses hogareños y a los antepasados de la familia. Luego, se le daba un nombre al bebé y se celebraba una fiesta con familiares y amigos.
En la antigua Grecia (y en muchas otras sociedades antiguas), la práctica de exponer o abandonar a los bebés no deseados era común. Esta práctica se conocía como "expósitos" y era una forma de control de la población y de limitar el número de bocas que alimentar en tiempos de escasez.
Los bebés podían ser abandonados por varias razones, como discapacidades físicas o mentales, género no deseado (generalmente las niñas), ilegitimidad o simplemente porque la familia no podía permitirse criar a otro hijo. Los bebés abandonados eran dejados en lugares públicos, como calles, plazas o edificios públicos, a menudo en cestas o recipientes de barro, y se les dejaba a su suerte.
Aunque algunos bebés abandonados podían ser recogidos y criados por otras personas, la mayoría moría de hambre, frío o exposición a los elementos. La práctica de exponer a los bebés fue finalmente prohibida en el Imperio Romano en el siglo IV d.C., pero continuó en algunas partes del mundo hasta tiempos modernos.
Esta práctica refleja la dura realidad de la vida en la antigüedad y la falta de recursos y apoyo para las familias que luchaban por criar a sus hijos. Hoy en día, existen muchos recursos y opciones disponibles para las familias que no pueden criar a un hijo, y la práctica de abandonar a los bebés es ilegal y considerada una forma de maltrato infantil.
El descubrimiento del pozo en el ágora ateniense con los restos de cientos de bebés y perros es ciertamente perturbador y ha generado muchas teorías sobre su significado y las circunstancias que rodearon la muerte de estos infantes.
El análisis de los restos utilizando nuevas tecnologías ha proporcionado más información sobre la edad y la causa de la muerte de los bebés. El hecho de que muchos de ellos murieran con tan solo una semana de vida y que un tercio muriera de meningitis sugiere que la mortalidad infantil era muy alta en la antigua Atenas, posiblemente debido a la falta de atención médica adecuada y a la propagación de enfermedades infecciosas.
Sin embargo, el descubrimiento de que algunos de los bebés murieron por causas no naturales, como el caso del bebé de 18 meses que mostró signos de abuso continuo, es aún más perturbador. Este hallazgo sugiere que la violencia contra los niños era una realidad en la antigua Atenas y que algunos bebés no solo eran abandonados, sino también maltratados y asesinados.
Es importante tener en cuenta que estos hallazgos reflejan solo una pequeña parte de la sociedad ateniense y no deben generalizarse a toda la cultura griega antigua. Sin embargo, sí proporcionan una visión más completa y realista de la vida en la antigüedad y de las dificultades y desafíos que enfrentaban las familias y los niños en ese momento.
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Groseros.
ResponderEliminarQue los justicee Dios en su reino.