En la Suecia del siglo XVIII, el café se había vuelto bastante popular entre la clase alta.
Pero el rey Gustavo III de Suecia tenía una cosa que estaba decidido a demostrar: lo perjudicial que era el café para la salud humana.
En 1746, se presentó un edicto real contra las sustancias por el "mal uso y los excesos del consumo de té y café". Impusieron fuertes impuestos a cualquiera que se opusiera a esto.
¿El castigo? Sus tazas y platos serían confiscados.
Luego prohibieron el café por completo. Pero la gente no dejó de beberlo a pesar de esto.
Gustavo III odiaba el café con una pasión ardiente.
Pensaba que era el equivalente a un veneno y, por lo tanto, debía ser erradicado por completo. Cuando llegó al poder, decidió llevar a cabo un experimento científico para demostrar lo perjudicial que era para los humanos.
Lo hizo contratando a un par de gemelos idénticos, que habían sido acusados previamente de delitos y estaban a punto de ser ejecutados cuando su sentencia fue modificada a cadena perpetua.
Bajo una condición.
Uno de los gemelos tendría que beber tres tazas de café todos los días por el resto de sus vidas.
El otro tendría que hacer lo mismo, pero con té.
El plan de Gustavo III era obviamente que el gemelo bebedor de café moriría de una muerte horrible inducida por el café, su punto sería demostrado, el país estaría eternamente a su favor y sería adorado hasta el fin de los tiempos. (Eso podría ser una ligera exageración).
También trajo a un par de médicos para asegurarse de que la prueba se desarrollara sin problemas y le informara de cualquier hallazgo.
Pero como dice la única ley verdadera de la historia, nada sale según lo planeado. Lo primero que hay que notar en el fracaso de este plan es que ni siquiera los médicos vivieron lo suficiente como para ver el final del experimento. Para empeorar las cosas, no murieron por accidente, murieron por "causas naturales".
El bebedor de té murió a la avanzada edad de 83 años. El propio rey fue asesinado en 1792 a los 46 años, por lo que murió antes de conocer los resultados finales.
Esto deja solo a una persona en la ecuación, que era el bebedor de café.
Aunque se desconoce la fecha de su muerte, el hecho es que sobrevivió a todos los miembros de este experimento, a pesar de ser la misma persona que se suponía que debía sobrevivir a todos ellos.
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