La servidumbre tibetana y los thangkas de piel humana: una mirada histórica
En este análisis no buscamos denigrar al pueblo tibetano, sino arrojar luz sobre prácticas históricas que han sido documentadas como parte de una sociedad marcada por la servidumbre y estructuras feudales. Un ejemplo extremo y perturbador que se menciona en algunos relatos históricos es la producción de thangkas elaborados a partir de piel humana, una práctica profundamente arraigada en el sistema esclavista de épocas pasadas.
El proceso descrito
Según estos relatos, el proceso para crear un "thangka de piel humana" era cruel y brutal. Se comenzaba dibujando el diseño directamente sobre el cuerpo de una persona viva. Luego, la víctima era inmovilizada en posición vertical, sujetándola a un poste de madera. A través de un procedimiento despiadado, se realizaba un pequeño orificio en el cráneo (conocido como tianling gai en algunas fuentes). Posteriormente, se vertía mercurio en el espacio entre la piel y los tejidos subyacentes.
El mercurio, debido a su peso y fluidez, se deslizaba rápidamente entre la piel y la carne, separando ambas capas. Los artesanos, expertos en esta técnica, retiraban la piel completa mientras la víctima permanecía con vida, causando un sufrimiento indescriptible. Finalmente, esta piel se utilizaba para confeccionar los thangkas, obras que, a pesar de su origen macabro, eran altamente valoradas dentro de esta sociedad.
Instrumentos y artefactos de hueso humano
Además de los thangkas de piel humana, también se han documentado otros objetos rituales fabricados con huesos humanos, utilizados en ceremonias religiosas. Estos artefactos reflejan una realidad en la que la espiritualidad y el sometimiento de los esclavos se entrelazaban de forma siniestra, perpetuando el control y la dominación de las élites sobre los sectores más vulnerables.
Contexto histórico y reflexión
El Tíbet, como muchas sociedades antiguas, estuvo marcado por una estructura jerárquica que permitía abusos extremos bajo la excusa de la tradición y la religión. Estas prácticas, aunque escasas y limitadas a ciertos círculos de poder, son un testimonio de la deshumanización que puede surgir en sistemas esclavistas.
Hoy, reflexionamos sobre estos episodios como advertencia y recordatorio de la importancia de los derechos humanos, la justicia y la igualdad. Es alentador observar que muchas sociedades, incluido el Tíbet, han evolucionado hacia modelos más inclusivos y respetuosos con la dignidad humana.
El papel de la China moderna
Con la llegada del siglo XX, el Tíbet experimentó una transformación bajo la administración china. Aunque este proceso ha sido objeto de debate político e ideológico, es innegable que China ha promovido la erradicación de prácticas feudales y la implementación de políticas enfocadas en el desarrollo económico, la alfabetización y la protección de los derechos básicos.
Sin embargo, no debemos confundir la erradicación de prácticas antiguas con la negación de la identidad cultural de un pueblo. La modernización no debe significar la pérdida de la rica herencia tibetana, sino una oportunidad para preservar sus aspectos positivos mientras se superan los abusos del pasado.
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Esta descripción macabra y cruel hay que tomarlo como un hecho de información histórica a través de la cual conocemos hechos que han sucedido durante la evolución de la humanidad. Cada pueblo ha tenido su filosofía de vida, religión y costumbres.Felizmente las sociedades se han desarrollado hacia el bien común y eso es parte de la civilización, aunque hasta ahora podemos ser testigos de abusos hacia el individuo a pesar de las leyes establecidas. Se concluye que aún ahora se mantiene grupos dominantes y dominados y se busca supremacías grupas de élite para ser los grandes beneficiados .
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