Un hombre casado estaba teniendo una aventura con su secretaria.
Un día, sus pasiones los vencieron y se fueron a su casa. Agotados por las actividades de la tarde, se durmieron y se despertaron alrededor de las 8 p.m. Mientras el hombre se ponía la ropa, le dijo a la mujer que sacara sus zapatos y los frotara contra el césped y la tierra. Desconcertada, ella obedeció y él se metió en sus zapatos y condujo a casa.
"¿Dónde has estado?", preguntó su esposa cuando entró en la casa.
—Querida —replicó el hombre—, no puedo mentirte. He tenido una aventura con mi secretaria. Me quedé dormido en su cama y...
La esposa, al ver la suciedad en sus zapatos, exclamó: "¡Mentiroso! ¡Has estado jugando al golf otra vez, ¿verdad?!" 😆
A veces, la verdad puede ser más difícil de creer que una mentira bien elaborada. ¡Qué historia!
Y tú, ¿qué opinas?
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