Hans-Georg Henke, un niño soldado antiaéreo de las Juventudes Hitlerianas, fue capturado en Hessen, Alemania, en 1945.
A los 16 años, Henke experimentó la conmoción del combate mientras su mundo se desmoronaba a su alrededor.
La vida de Henke estuvo marcada por la tragedia desde una edad temprana. Su padre murió en 1938, y cuando su madre falleció en 1944, la familia quedó en la indigencia. A los 15 años, Henke se unió a la Luftwaffe para mantener a su familia. A medida que los soviéticos avanzaban, las fuerzas alemanas se vieron obligadas a retroceder hacia Rostock, donde finalmente los soviéticos invadieron su unidad y se tomaron las famosas fotografías de Henke llorando desconsoladamente.
Después de la guerra, Henke se unió al Partido Comunista y se fue a vivir a Finsterwalde, en Alemania Oriental. A pesar de las dificultades que enfrentó, vivió una vida plena y murió en 1997.
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La vida te obliga a ser fuerte en muchas circunstancias adversas, no te pide que seas fuerte, te obliga. Llorar no te hace menos hombre. Existe gente que no puede llorar por alguna enfermedad. El al llorar cuando menos expresa angustia, tristeza, frustración, impotencia, etc.
ResponderEliminarNo puedo expresar ése sentimiento de angustia, ni lo imagino. Con 16 años sin flia y sabiendo que habían perdido la guerra y ciendo un adolescente al caer prisionero, Pensó lo peor para el.
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