Tras cincuenta años de matrimonio, un día le dije a mi esposa: "Hace medio siglo, vivíamos en una casa modesta, teníamos un coche viejo, dormíamos en un sofá cama y veíamos la televisión en blanco y negro, pero cada noche la pasaba con una mujer impresionante de 23 años.
Ahora, tenemos una casa de 500.000 dólares, un coche de 45.000 dólares, una cama king-size muy cómoda y un televisor enorme de pantalla plana, pero comparto todo esto con una mujer de 69 años. Siento que no estás cumpliendo con tu parte del trato".
Con su habitual practicidad, mi esposa respondió con calma: "Adelante, búscate una chica atractiva de 23 años, y yo me encargaré de que vuelvas a vivir en una casa vieja, conduzcas un coche destartalado, duermas en un sofá cama y veas la televisión en blanco y negro".
Hay que querer a las mujeres mayores: ¡saben cómo lidiar con los problemas de un hombre de edad avanzada!
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