Explora el enigma visual de un pato-conejo. Wittgenstein, Schrödinger y la IA revelan por qué la realidad puede tener múltiples verdades.
¿Alguna vez viste la famosa ilusión del pato y el conejo?
En internet circulan frases muy compartidas: “Si lo primero que viste fue un pato, significa que eres más práctico y realista”. “Si viste primero el conejo, eres más creativo y soñador”. Suelen atribuir estas lecturas a la psicología, aunque en realidad son más bien interpretaciones populares que se han difundido en redes sociales como si fueran diagnósticos rápidos de personalidad. Ver Lo que nunca te enseñaron
Más allá de esos significados “de meme”, la imagen tiene una historia más profunda. El filósofo Ludwig Wittgenstein la usó para ilustrar su reflexión sobre lo que llamaba el “ver-como”, es decir, nuestra capacidad de mirar un mismo objeto y alternar entre dos interpretaciones posibles. Si la observamos “como un conejo” o “como un pato” es porque nuestra mente no se limita a lo visual, también activa marcos conceptuales. No es la imagen la que cambia, sino nuestra forma de mirarla.
Ahí surge la comparación con la famosa ecuación de Schrödinger. Para un humano, la figura funciona como el “gato vivo y muerto a la vez”, no es sólo un pato o sólo un conejo, es pato y conejo. Según dónde pongamos la atención, podemos alternar de una lectura a la otra, y aceptamos esa ambigüedad como parte de la experiencia perceptiva.
En 2018, el científico de datos Max Woolf hizo un experimento con esta imagen, se subió la ilustración al servicio de visión por computador de Google (Google Cloud Vision). ¿El resultado? El sistema no aceptó la ambigüedad, dependiendo de cómo rotaba la figura, respondía con total seguridad que era un conejo o un pato, pero nunca reconocía que era ambas cosas. En otras palabras, colapsaba la ambigüedad como si fuera la ecuación de Schrödinger reducida a un único estado(el gato esta vivo o el gato esta muerto). Ver experimento aquí.
La situación hoy es distinta. Si se enviara esa misma imagen a una inteligencia artificial actual, como ChatGPT o cualquier sistema multimodal moderno, la respuesta ya no sería “es un conejo” o “es un pato”, sino “es una figura ambigua, que puede interpretarse como las dos cosas”. La IA ha avanzado hasta un punto en que puede, como hacemos los humanos, reconocer la coexistencia de múltiples interpretaciones.
Al final, esta simple ilustración publicada en una revista satírica hace más de un siglo nos hace darnos cuenta que ver es también interpretar, y aceptar que la realidad —como el gato de Schrödinger— a veces admite más de una verdad al mismo tiempo. Ver El poder de tu mente
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