Con la vista puesta en la invasión de Iraq, el ejército de los Estados Unidos llevó a cabo durante el verano de 2002 los juegos de guerra más caros de la historia. Millenium Challenge consistía en una serie de simulaciones por ordenador complementadas por maniobras reales en las que participaron unos 13.000 hombres y que costaron unos 250 millones de dólares. El escenario que se pretendía reproducir era una posible invasión de un país del Golfo Pérsico gobernado por un dictador megalómano que, por aquel entonces, lo mismo podía ser Iran que Iraq. El objetivo de los juegos era probar una serie de nuevos conceptos basados en la utilización masiva de nuevas tecnologías bélicas que luego se usarían en la guerra de Iraq y en los que tenía especial interés el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld. Hundir la Flota Los juegos de guerra consistían en un enfrentamiento entre el equipo azul, que representaba a los Estados Unidos y el equipo rojo, que representaba al país imagin