Cuentan que cuando los jóvenes monjes ingresaban al monasterio, les preguntaban qué esperaban de aquello. Tres jóvenes, que habían coincidido en el camino, empezaron su formación el primer día con el maestro más veterano. El maestro les preguntó: - ¿Qué esperáis de la vida?. El primer joven respondió que siempre había admirado a los maestros, pues personas de todo el mundo recorrían miles de kilómetros para encontrarse con ellos y que les diesen consejo. "Me gustaría ser un gran maestro, famoso en regiones y comarcas", recalcó. Expectativas sobre la vida El segundo de ellos contestó que provenía de una familia muy humilde donde apenas les llegaba el sustento. " Quiero ser un gran maestro para tener dinero suficiente para ayudar a familiares, amigos y conocidos con mis riquezas", concluyó. El tercer joven comentó que había oído cómo los mejores maestros tenían poderes extraordinarios. " Me gustaría llegar a tener un gran poder"