A finales del siglo XII y principios del XIII, el tenedor del hereje era un instrumento de tortura utilizado por la Inquisición para someter a los acusados de herejía a un tormento prolongado y humillante. Consistía en una barra metálica con púas afiladas en ambos extremos, colocada entre la barbilla y el pecho, o entre el cuello y el esternón, impidiendo cualquier movimiento de la cabeza y dificultando el habla. Asegurado con correas de cuero o hierro, obligaba a la víctima a permanecer de pie durante horas, o incluso días, causando agotamiento extremo, privación del sueño y un sufrimiento psicológico insoportable. En lugar de infligir heridas mortales, su propósito era aniquilar la voluntad y degradar a los condenados, convirtiéndose en un símbolo de la crueldad y el control ejercido en los períodos más oscuros de la historia. Y tú, ¿qué opinas? Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!