¿Qué pasa tras la muerte del papa Francisco? Así es el Protocolo Vaticano para elegir sucesor en la Silla de Pedro.
Tras la muerte del papa Francisco, este lunes 21 de abril, se activa de inmediato un protocolo riguroso en el Vaticano.
El Cardenal Kevin Joseph Farrell, actual camarlengo desde 2019, asumiría la administración temporal de la Iglesia durante el período de Sede Vacante, garantizando la continuidad administrativa sin tomar decisiones doctrinales o de largo alcance. Nacido en Dublín en 1947, Farrell ha desempeñado roles significativos, incluyendo Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
⚰️ Los funerales del papa se celebrarían en la Basílica de San Pedro y se extenderían durante nueve días de luto, conocidos como Novemdiales. Durante este tiempo, miles de fieles y líderes mundiales acudirían al Vaticano para rendir homenaje al Pontífice fallecido.
🗳 El evento central del proceso sucesorio sería el cónclave, una reunión a puerta cerrada del Colegio Cardenalicio para elegir al nuevo papa. Solo los cardenales menores de 80 años podrían participar en la votación, la cual se llevaría a cabo en la Capilla Sixtina bajo estrictas medidas de secreto.
Previo al inicio del cónclave, los cardenales participarían en congregaciones generales, donde discutirían los desafíos de la Iglesia y perfilarían las características del próximo líder. Posteriormente, se trasladarían a la Capilla Sixtina, donde prestarían juramento de confidencialidad y comenzarían las rondas de votación.
De los 140 cardenales electores actuales, 110 fueron nombrados por el papa Francisco, lo que representa aproximadamente el 79% del total. Entre los cardenales electores más destacados se encuentran figuras como el cardenal-obispo Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano; Luis Antonio Tagle, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos; y Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos. El más joven es el cardenal ucraniano Mykola Bychok, de 44 años. El Decano del Colegio de Cardenales, no elector por edad, es el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años.
Cada cardenal emitiría su voto en una papeleta que sería depositada en una urna especial. Para ser elegido, un candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos. Tras cada votación fallida, las papeletas se quemarían en una estufa conectada a una chimenea visible desde la Plaza de San Pedro. El humo negro indicaría que aún no hay elección; el blanco, en cambio, anunciaría la designación de un nuevo papa.
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