La única recompensa al trabajo bien hecho es más trabajo. Y la única forma de evitar este "premio", es simular que uno no es capaz. Esta es la manera de que los demás eviten darnos trabajo o que no se molesten si hemos cometido errores. Aquí los pasos para hacerse el tonto:
Nunca discutas con un tonto. Hacerse el tonto |
1. Mantenga sus ojos bien abiertos todo el tiempo, alternando entre una leve sensación de pánico y una felicidad infantil.
2. Deje caer cosas una o dos veces al día. Papeles, carpetas o lápices, por ejemplo. No se recomienda con el café o algo de vidrio.
3. Haga un esfuerzo por chocar "accidentalmente" contra una pared, una puerta o un poste. Pero cuidadosamente, para que no se haga daño.
4. Cuando le entreguen en sus manos algo que requiere trabajo, como documentos, formularios, etc., déle vueltas en sus manos lentamente. Por último, diríjase hacia la persona que se los entregó, mostrando confusión en su mirada. Si puede hacer temblar levemente sus labios, mejor aún.
5. Elija una cosa específica y hágala en forma errónea permanentemente. Por ejemplo: si a su jefe le gusta el café con crema y azúcar, sírvaselo negro, sin nada.
6. Nunca recuerde el nombre correcto de los demás. Llame Manuel a Daniel, Elcira a Elvira, o lo que se le ocurra.
7. Si alguien le hace una pregunta cualquiera, incline su oreja derecha hacia su hombro derecho lentamente y entrecierre sus ojos, como si en verdad estuviera tratando de entender.
Importante: Siempre sea amigable y agradable. A nadie le gusta alguien tonto y desagradable. Una vez que comience su actuación, no puede abandonarla hasta que salga del trabajo o de la presencia de la gente con quien estaba.
Del libro NUNCA DISCUTAS CON UN TONTO, de Leonardo Ferrari
Lo apunto para confrontar lo que otros sospecho que hacen.
ResponderEliminarMás de uno lo hace...más de uno...
ResponderEliminarY yo el tonto trabajando más...
Saludos Carolus