Había una vez en China un rey que estaba dispuesto a pagar mil monedas de oro por un caballo que pudiera correr mil millas sin detenerse.
La compra de un buen caballo |
Durante tres años trató en vano de conseguir un caballo semejante.
Entonces alguien le propuso:
- Permítame buscar un caballo para Su Majestad.
El rey aceptó. Después de tres meses, el hombre regresó, habiendo pagado quinientas monedas de oro por la cabeza de un caballo muerto.
El rey estaba furioso.
- ¡Quiero un caballo vivo! – gritó –. ¿Para qué me sirve un caballo muerto? ¿Por qué gastar quinientas monedas de oro en nada?
Pero el hombre dijo:
- Si Su Majestad paga quinientas monedas de oro por un caballo muerto, ¿no daría mucho más por un caballo vivo? Cuando la gente lo oiga, sabrá que Su Majestad está realmente dispuesta a pagar por un buen caballo y de inmediato enviarán los mejores caballos.
En efecto: el rey logró comprar tres excelentes caballos, en menos de un año.
Anécdotas de los Reinos Combatientes
Yaaa y??? Cual es la lección?
ResponderEliminarCreo que es evidente, Anónimo
EliminarLa cabeza del caballo muerto se la compró a Coppola.
ResponderEliminarUn saludo, Carlos.
Que gracias a ello y una excelente y dura técnica de persuasión firmó un buen contrato, pero eso es otra historia...
EliminarUn saludo, Cayetano